Manuel Escribano corta tres orejas y sale a hombros en Antequera

6580471wAntequera (Málaga) (España), 22 ago (EFE).- El diestro Manuel Escribano fue hoy el gran triunfador del primer festejo de la Real Feria de agosto de Antequera, al cortar tres orejas y abrir así la Puerta Grande de ese coso malagueño.

FICHA DEL FESTEJO:

Toros de Manuel Blázquez Guerrero, desiguales de presentación y de buen juego en líneas generales, a excepción de cuarto y quinto, que se acabaron pronto.

Curro Díaz: estocada (oreja); y gran estocada (ovación tras petición).

Alejandro Amaya: pinchazo y estocada (ovación); y dos pinchazos (silencio).

Manuel Escribano: gran estocada (dos orejas); y estocada y descabello (oreja).

La plaza tuvo más de media entrada en el primer festejo de la Real Feria de agosto de Antequera.

EL MOMENTO DE ESCRIBANO

Curro Díaz, que apenas se hizo notar con el capote, realizó una primera labor basada en la mano derecha, con muletazos elegantes y bellos. La pena fue que el animal se vino abajo al final de faena y optó por entrar a matar, cobrando una estocada de perfecta ejecución, que le valió para cortar una orejas.

En el cuarto fue todo un espejismo. Después de varias tantas por los dos pitones, el toro se rajó y Curro Díaz optó por abreviar.

Alejandro Amaya, muy jaleado en el toreo a la verónica, tuvo en primer lugar un astado que derribó en varas, y con el que se lució también Escribano en su turno de quites. Con la muleta pegó Amaya pases al natural aprovechando la bonanza de su oponente por ese pitón. El pinchazo previo a la estocada final dejó todo en una ovación.

El quinto fue el peor toro del festejo, un animal que se aburrió pronto con el que Amaya no se dio demasiada coba.

Manuel Escribano se aseguró el triunfo en el primero, al que recibió con verónicas de rodillas rematadas con una revolera. Después de un puyazo, el sevillano realizó un quite por tafalleras abrochadas con una precisa serpentina. Con los palos colocó dos grandes pares y un tercero desde el estribo.

Con la muleta llevó a cabo una faena variada y artista con las dos manos, derrochando temple y belleza. Mató de una soberbia estocada y cortó las dos orejas.

En el sexto demostró nuevamente Escribano que se encuentra en un momento dulce, y además de su habitual valor y variedad en sus formas, incluye pases nuevos que el público jaleó con fuerza. Espectacular como llevó el toro al caballo con una revolera que lo dejó al pie del varilarguero.

Tres pares de banderillas, el tercero al violín, dieron paso a una faena de muleta en la que el sevillano dio un recital de pases, desplantes, tandas de rodillas y estatuarios antes de cobrar una buena estocada pero precisando de un descabello. Cortó una oreja.