(dpa) – Si los gatos no siguen con los ojos cuando se mueve un juguete o una golosina esto puede ser indicio de una enfermedad. Por lo tanto, los dueños de felinos deben estar atentos hasta de los más mínimos detalles.
¿Tiene de golpe el gato un pelaje escamoso o áspero? ¿O el animal exagera o no se preocupa en absoluto del cuidado de su pelaje? Todas estas pueden ser pequeñas señales de malestar, advierte la asociación de empresas de productos para mascotas de Alemania (IVH, por sus siglas en alemán).
Aunque los gatos suelen hacérselo difíciles a sus dueños a la hora de que se detecten enfermedades o molestias. Como maestros del secreteo, intentan esconder sus debilidades de salud en la medida de lo posible.
Esto está marcado por la evolución, según explican los expertos: como pequeños depredadores, los gatos no quieren convertirse en víctima de depredadores mayores.
En caso de cambios de comportamiento: al veterinario
Si el animal esté discreto y quieto, a veces sus dueños ni siquiera notan que evita el contacto y que no es porque simplemente duerma relajado.
Por ejemplo en los casos de gatos que tienen diabetes, en ocasiones esta enfermedad apenas se constata en el veterinario, cuando ya prácticamente están en coma, indica el IVH. Pequeños cambios de comportamiento como un apetito cambiante y flojera no son correctamente interpretados.
Una clara señal de advertencia para los dueños de los felinos son pupilas dilatadas a la luz del día. Y los ojos con tinte amarillo pueden dar indicios de envenenamiento o de afecciones en el hígado.
También una mucosa bucal grisácea puede apuntar a un problema y no debe esperarse demasiado para hacer una visita al dentista, recomienda la asociación.