Por Philipp Laage – BERLÍN (dpa) – Patrick Hundt calcula que a finales de este año habrá estado viajando unos seis meses. En 2013 pasó nueve meses en el exterior y no tuvo que ahorrar mucho para esa larga estancia fuera de su país. Ganó su dinero en el camino como nómada digital trabajando por Internet. El laptop es su oficina. Teóricamente, cada día de trabajo puede comenzar en una playa bañada por aguas de color azul celeste. ¿Cómo fue posible?
«Ocurrió casualmente», dice Hundt, de 31 años. Él trabajó en el sector del marketing online, fundó una agencia y comenzó a viajar. «Llevaba conmigo un laptop y abrí un blog de viajes». En algún momento llegó a ganar dinero. Luego, Hundt comenzó a escribir durante los viajes miniguías turísticas. Actualmente, gestiona más páginas web que le reportan dinero. Hundt es lo que se llama hoy un nómada digital.
Se trata de un nuevo movimiento que promete una forma de vida independiente. «Es posible hacer todo lo que se pueda resolver digitalmente y lo que no requiera de una estrecha cooperación con otras personas», dice Hundt. Muchos nómadas digitales son profesionales independientes: escriben, traducen, programan, diseñan y asesoran a través de Internet.
En mayo se llevó a cabo en Berlín la primera Conferencia para Nómadas Digitales (DNX). «Sin embargo, ya llevábamos años hablando del trabajo independiente de horarios y lugares», dice Eike Wenzel, quien fundó en Alemania el Instituto de Investigación de Tendencias y del Futuro. En la compañía IM se habló al principio de la «deterritorial office»; a finales de los año 90 se estableció el término «Home Office». El mundo laboral no experimentó un cambio palpable, pero esta vez todo va a ser diferente, aseguran los nómadas digitales.
«En los próximos años, cada vez más personas podrán independizarse con servicios especiales», pronostica Wenzel. «Solo se necesita un smartphone y un lugar de trabajo alquilado». Urs Mansmann, redactor de la revista de computación «c’t», confirma esta tendencia: «Actualmente, las posibilidades que ofrece mi oficina en mi empresa las tenga en cualquier lugar del mundo». En muchos lugares del mundo hay WLAN; como alternativa se puede usar la red local de telefonía móvil.
Al menos para los profesionales independientes y los autónomos, la posibilidad de trabajar en cualquier sitio trae consigo una nueva libertad. «Yo mismo puedo decidir cuándo trabajo, a qué trabajo me dedico o a quién quiero ayudar con mi trabajo», dice Patrick Hundt. «Como puedo estar viajando en cualquier momento, no es tan importante elegir los países que yo quiero ver».
Sin embargo, no parece muy probable que los empleados de grandes empresas pronto puedan hacer su trabajo en varios lugares gracias a su conexión con Internet. «A las empresas les cuesta enormemente aceptar la oficina móvil», dice Eike Wenzel. «La flexibilización es una palabra de moda, pero en el mundo de los empleados de grandes empresas aún no funciona». Wenzel calcula que de aquí a 2030 como máximo un 30 por ciento de los trabajadores alemanes podrán trabajar digitalmente e independientemente del lugar.
Patrick Hundt admite que la vida de un nómada digital implica la necesidad de hacer concesiones. «Echo de menos el entorno social. Es cierto que me encuentro con mucha gente cuando viajo, pero solo se trata de contactos efímeros». Además, cuando uno está viajando no hay horarios de trabajo fijos pero sí muchas distracciones. «Por esto se necesita una elevada autodisciplina». La vida como nómada digital le ha dado a Hundt muchas libertades, pero para él no ha abierto la puerta grande a la felicidad: «Por muy bonito que sea este estilo de vida, algo me falta», escribió hace poco en su blog.