(dpa) – Muchas personas adquieren juguetes sexuales sin dudar ni un minuto que los artefactos están hechos para estar en contacto con la piel, pero un estudio llevado a cabo recientemente en Alemania detectó la presencia de sustancias nocivas en muchos de ellos.
Allí, cuatro de los doce vibradores testeados arrojaron un resultado «deficiente» en cuanto a las sustancias contenidas. Lo mismo sucedió con las bolas chinas. En los productos o en los accesorios que los acompañaban se detectaron por ejemplo hidrocarburos aromáticos policíclicos que están catalogados como cancerígenos y un plastificante DEHP, que puede dañar la fertilidad.
Por lo general no existen normas que establezcan valores límite en la fabricación de juguetes sexuales, pese a que los productos están obviamente en contacto con la piel, mucosas y diversos órganos.
Los investigadores que llevaron adelante el estudio, de la fundación de nombre Warentest, pusieron a prueba los productos rigiéndose por los valores estándar permitidos para otro tipo de productos, como por ejemplo los juguetes para niños. El resultado: esos valores eran superados ampliamente. Algunos productos superaban el límite más de 100 veces.
El estudio observó además si existía algún tipo de correlación entre calidad y precio. ¿Los juguetes sexuales más económicos contenían más sustancias nocivas o potencialmente nocivas? No. Esas sustancias estaban presentes tanto en vibradores caros como en otros de menor precio. Al mismo tiempo, algunos de los más económicos no contenían ninguna sustancia nociva, mientras que otros accesorios carísimos sí tenían.
El hecho de que un producto tenga un olor poco agradable ni bien se abre el paquete no es necesariamente un indicador de que existe presencia de sustancias nocivas. El estudio notó que ciertos olores no están vinculados a la composición de los accesorios.
Fuera de este tipo de advertencias, el equipo que testeó los objetos recomendó lavarlos siempre a fondo tras cada uso de modo de evitar la propagación de gérmenes.
Los usuarios también deberían tener cuidado con los juguetes digitales. Algunos vibradores pueden operarse a control remoto y otros tienen una cámara incorporada. En estos casos la seguridad del usuario no está absolutamente garantizada. Si bien no se detectaron transmisiones ni grabaciones de datos, no queda descartado que se hagan, por eso se desaconseja utilizar este tipo de accesorios sofisticados si uno quiere preservar cierta intimidad.
Foto: Stiftung Warentest/dpa-tmn