(dpa) – Si en casa hay un perro y un niño muy pequeño, puede pasar que a veces se peleen por los juguetes. Es importante que los adultos no dejen que esas cosas sucedan sin intervenir. Por el contrario, deben intentar entrometerse disimuladamente en la «discusión» o incluso evitar que las partes lleguen a ese tipo de peleas.
Un buen modo de evitarlo es dejarles en claro, tanto al perro como al niño, que cada uno tiene sus juguetes y que no se puede intentar quitarle al otro sus muñequitos. Es importante que el perro responda bien a la orden de «no» y que esté dispuesto a soltar un juguete del niño cuando se le dé la indicación o que lo suelte a cambio de una recompensa.
Por el otro lado, el perro también debería tener un sitio en la casa en el que pueda recluirse y depositar sus cosas sin que el niño lo moleste. Los niños deben tener bien en claro que no pueden ir a ese lugar. Puede ser un canasto o una casilla de perro.
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