Madrid lleva semanas activando el protocolo anticontaminación en vista de la mala calidad del aire. Este, que empieza a ser uno de los grandes problemas de las grandes urbes, está haciendo que se empiecen a tomar medidas desde los gobiernos municipales en busca del filtrado de la polución.
México DF ha sido una de las primeras capitales que ha puesto en marcha un proyecto llamado Vía Verde que se basa en los jardines verticales dentro de la anatomía de la ciudad para contrarrestar los efectos de los gases de los vehículos. Esta medida, que embellece además la ciudad, puede llegar a filtrar hasta 27 toneladas de gases nocivos que quedan suspendidos en el aire y, por ende, respirados por los ciudadanos.
En Madrid, además de limitar la velocidad en la que se puede circular en las principales vías de acceso, restringir el tráfico en pleno centro a través del proyecto Madrid Central, que no permite el tráfico en gran parte del llamado casco antiguo de la capital si no es para ingresar en alguno de los parkings que gozan del acuerdo con el Ayuntamiento e incluso utilizar las famosas pegatinas para identificar el carburante, se han ofrecido algunas medidas adicionales.
1-Evitar el coche en trayectos cortos y optar por utilizar siempre que sea posible el transporte público.
2-No acelerar de manera brusca ni durante la conducción ni al arrancar el coche.
3-Usar con moderación la climatización que traen los vehículos para rebajar hasta en un 20% el consumo.
Con esto, se mejoraría y disminuiría la emisión del famoso dióxido de nitrógeno, procedente sobre todo de los vehículos diésel y de algunas industrias.
Gracias a las mediciones que se pueden llevar a cabo, se sabe cuándo las medidas para evitar que los niveles incrementen hasta el punto de llegar al peor escenario posible: la irritación pulmonar y las infecciones respiratorias.
Según los últimos estudios, en los últimos años se han podido relacionar hasta siete millones de muertes con estas condiciones derivadas de la contaminación. Según la OMS, enfermedades cardiovasculares, algunos accidentes cerebrovasculares y algunos tipos de cánceres están ya directamente vinculados con la contaminación atmosférica.
Las consecuencias de la mala calidad del aire que se inhala están haciendo que la esperanza de vida pueda acabar reduciéndose pese a los avances médicos.
Entre las medidas ecológicas que pueden llevarse a cabo en las capitales, se podría plantear la de los jardines verticales como una de las alternativas que sirven para filtrar la toxicidad y emitir oxígeno.
Solo un metro cuadrado de este tipo de vegetación emitiría el oxígeno que necesitaría una persona en un año, con lo que utilizar la propia arquitectura urbana en columnas, fachadas de edificios o incluso anatomía de los puentes podría suponer una mejoría de la calidad del aire más que sustancial. Además, el aislamiento que ofrece reduce los decibelios en los edificios y mejora la optimización de la temperatura.
Sin duda, las capitales aún tienen mucho que hacer para proponer alternativas viables que encima mejoren la imagen de cara a ciudadanos, turistas y, sobre todo, salud.