Los hombres diagnosticados con infertilidad tienen mayor riesgo de desarrollar otros problemas de salud en general, incluyendo diabetes, cardiopatía isquémica, abuso de alcohol y de drogas en comparación con los hombres fértiles, según concluye un estudio realizado por investigadores de la Escuela de Medicina de la Universidad de Stanford, en Palo Alto, California, Estados Unidos.
El estudio, cuyos resultados se detallan en un artículo publicado en la edición digital de este lunes de ‘Fertility and Sterility’, es uno de varios llevados a cabo por investigadores de la Facultad de Mmedicina que sugieren que la infertilidad masculina se asocia con mayores tasas de mortalidad y problemas de salud vinculados con la salud reproductiva.
El autor principal de la investigación, Michael Eisenberg, profesor asistente de Urología y director de Medicina Reproductiva Masculina y Cirugía en Stanford, espera que los hallazgos animen a más hombres con diagnóstico de infertilidad a buscar seguimiento médico. «Los miembros de este grupo de hombres en edad reproductiva, por lo general no van al médico a menos que tengan un gran problema», señala Eisenberg.
Los investigadores examinaron los registros presentados entre 2001 y 2009 de más de 115.000 hombres en edad reproductiva a partir de una base de datos de reclamaciones de seguros anónima. Analizaron las visitas médicas de los hombres antes y después de las pruebas de fertilidad para determinar qué complicaciones de salud desarrollaron en los años posteriores a las evaluaciones de fertilidad. Los investigadores compararon las condiciones generales de salud de los hombres con diagnóstico de infertilidad con otros sin los diagnósticos y hombres vasectomizados.
De los tres grupos, los hombres infértiles presentaban tasas más altas de la mayoría de las enfermedades que los investigadores analizaron en el estudio, incluyendo patologías cardiacas y diabetes, incluso cuando los resultados se ajustaron por obesidad, tabaquismo y uso de los servicios de salud. Además, los hombres con la forma más grave de infertilidad masculina registraban el mayor riesgo de la enfermedad renal y abuso del alcohol.
«Fue sorprendente –subraya Eisenberg–. Eran muy jóvenes. La edad media fue de 30 años». Eisenberg y sus colegas están dispuestos a continuar con las investigaciones para ayudar a determinar por qué los hombres infértiles tienen mayor riesgo de ciertas enfermedades. «Si podemos averiguar por qué está ocurriendo, podemos orientar las intervenciones para reducir los riesgos de estas enfermedades», augura.
Los investigadores todavía no saben por qué la infertilidad está vinculada a mayores tasas de enfermedad y mortalidad, pero tienen algunas teorías. Eisenberg apunta que los hombres infértiles poseen niveles más bajos de testosterona circulante que los fértiles, una característica que se ha relacionado con mayores tasas de mortalidad y enfermedad cardiovascular.
Otra posibilidad es que la exposición a influencias ambientales nocivas durante el desarrollo fetal pueda conducir a desafíos reproductivos y generales de salud más adelante en la vida. «Las exposiciones que se producen en el útero pueden tener efectos duraderos en el resto de su vida -afirma–. Así que tal vez algunos de estos mismos riesgos que presentan los hombres más tarde en la vida para cosas como las enfermedades del corazón también podrían darse en cuestiones como un menor recuento de espermatozoides».
Independientemente de la razón, la investigación de Eisenberg sugiere que lo que está causando problemas reproductivos es probable que influya en los sistemas fisiológicos y alienta a los hombres –particularmente los que experimentan dificultades reproductivas_ a que se revisen.
«Creo que es importante saber que el número de espermatozoides y la fertilidad pueden contar un poco más que sólo acerca de la capacidad de reproducción -dice–. Puede haber algunos otros aspectos sobre los que los hombres podrían ser alertados en relación a la salud en general».