(dpa) – «Se puedes hacer algo más que un pastel para la fiesta de fin de curso», comenta convencida Barbara von Schnurbein. Y lo dice por experiencia propia.
Esta madre de cinco hijos ya adultos fue durante muchos años la representante de los padres en el colegio de sus niños. También desempeñó un papel activo como presidenta de la Asociación Estatal de Padres de Familia (LEV) de las escuelas secundarias en la región alemana de Baviera. «Creo que es muy importante involucrarse y apoyar la escuela de los niños. Y además hacerlo con gusto», señala.
Esto siempre es bueno para los hijos, insiste. «Nunca he visto que a mis hijos se les hablara mal, por ejemplo, porque yo había defendido algo que quizás también suponía un esfuerzo para los profesores», explica esta mujer ya jubilada, que ahora se dedica a escribir y dar conferencias sobre estos temas. «Más bien al contrario, los niños se alegraron de que me interesara por su escuela», añade.
¿Qué niño quiere que sus padres tengan un contacto estrecho con los maestros?
«Los directores de colegios saben que contar con un buen consejo asesor formado por padres les puede ahorrar mucho trabajo», comenta el presidente del Consejo Federal de Padres de Alemania, Stephan Wassmuth.
Él es padre de cinco hijos, tres de los cuales están actualmente en la escuela de Lohfelden, en la región de Hesse. «En general, ninguno de mis hijos estaba muy entusiasmado al principio. ¿Qué niño quiere que sus padres tengan un contacto estrecho con los profesores?», inquiere riéndose. «Puede que los niños escuchen algún comentario estúpido al respecto de parte de sus compañeros de clase», apostilla.
Sin embargo, sus hijos han tenido buenas experiencias con la labor que él realiza. Se trata de un puesto más bien honorífico que a él, funcionario de la administración pública, le toma algo de su tiempo. Sin embargo, de poco sirve que insista en el argumento de que «es muy poco trabajo», sobre todo cuando trata de persuadir a otros padres indecisos en las reuniones.
Establecer un contacto directo en lugar de confiar en los rumores
En su opinión, los que se convierten en representantes de los padres deben estar preparados para no dejarse llevar por rumores o dichos, sino para buscar el contacto directo con los involucrados. «Tiene que haber un interés en resolver los problemas de forma amigable», aconseja. Además, «si se evita una actitud prepotente y más bien se hacen sugerencias, dejando algo de margen a los profesores, se puede conseguir mucho colaborando con ellos».
Stephan Wassmuth también hace hincapié en este otro punto: «No se debe ser arrogante con los maestros». Él considera más sensato situarse en un mismo plano. «También se lo puede hacer empleando un tono amable, pero de ninguna manera despectivo».
Los directores sagaces son abiertos a la cooperación
Aquellos que han encontrado la forma adecuada de ejercer su función de representantes de padres, se beneficiarán de ello a largo plazo, señala Wassmuth. «Sólo se necesita tener paciencia. La escuela es como un enorme y pesado barco, nada se mueve rápidamente», agrega. «Pero existen posibilidades activas de ayudar a configurar el colegio si el director deja espacio para ello. Los directores sagaces suelen permitirlo», señala.
Quien sea representante de los padres en la clase de su hijo no está solo, sino que forma parte del consejo de padres de la escuela junto con los representantes de las demás clases. En ese foro tiene sentido distribuir el trabajo para que no todo recaiga sobre la misma persona, aconseja Wassmuth, quien cuando comenzó con esta labor deseó contar con al menos «cuatro personas más». Eso habría reducido la cantidad de trabajo, indica.
Existe un principio que se aplica en el aula y también se puede aplicar a otros foros. Si muchos padres hacen un pastel para la fiesta de la escuela, el trabajo no está solo a cargo de uno de ellos.
«Se puede involucrar a todos los padres si se reparte a los niños una nota diciéndoles que sus padres tienen que inscribirse si quieren hacer un pastel y si es así, cuál harán», explica Barbara von Schnurbein. «Hay muchos progenitores a los que les encanta la repostería y no tienen la oportunidad de hacer nada, porque el consejo de padres se ocupa de todo», agrega.
Por Christina Bachmann (dpa)