La sociedad humana invierte mucho tiempo y dinero en aumentar la calidad de vida de las personas. La salud es uno de los principales depositarios de este tipo de inversión. La ortodoncia es un parte de la odontología que consigue avanzar en la mejora del bienestar común
Al someterse a un proceso de ortodoncia, la persona recibe varios beneficios al mismo tiempo. Y es que tanto los Brackets como la ortodoncia son mecanismos utilizados para corregir una mala mordedura, o una oclusión dental deficiente, se recomienda en aquellos casos en los que los dientes están torcidos o amontonados.
Además de lograr una mejor funcionalidad, este procedimiento logra ofrecer una sonrisa más bonita y atractiva, elementos de gran importancia en una sociedad basada en la imagen. Por último, también consigue, y esto es lo más importante, mantener una boca sana, impidiendo la entrada a bacterias y enfermedades.
Tipos de tratamientos de ortodoncia
Una definición más o menos exacta de esta especialidad de la odontología sería aquella que se refiere a la ciencia que estudia, previene y corrige alteraciones de diferente índole en el desarrollo dental. Del mismo modo, actúa sobre las arcadas dentarias, la posición que crean y mantienen los maxilares. El objetivo no es otro que el de restablecer el equilibrio en la función de la boca y del rostro, mejorando, de paso, la estética, la salud y el aliento de las personas.
Para llevar a cabo una ortodoncia existen diferentes fórmulas y tratamientos adaptados a cada necesidad individual. Para saber si se necesita alguno de los siguientes procesos, es conveniente saber qué problemas soluciona. En este sentido, los más frecuentes son el apiñamiento dental, los espaciamientos o diastemas, el desplazamiento en la línea media, la mordida abierta, la cruzada y la sobremordida.
En cualquiera los casos mencionados, lo más aconsejable es acudir a un experto, el ortodoncista, y someterse a un diagnóstico. Será este especialista el que decida cuál de los posibles procesos es el más conveniente.
Ortodoncias con brackets metálicos
Han sido de los más populares hasta hace unos años. Son bastante económicos y actuaban con mucha rapidez sobre el movimiento de los dientes. En la actualidad, están en desuso, por el dolor que causan y los que se siguen colocando son más pequeños, por lo que producen menos daño.
Están constituidos por dos componentes; por un lado, los soportes de metal que se colocan sobre los dientes a modificar y, por otro, un alambre flexible encargado de unirlos y de ejercer la presión adecuada para ir moviéndolos y recolocándolos en el lugar deseado.
Con brackets cerámicos
Este sistema logra resultados de forma más rápida que con los metálicos, ofreciendo, además, mayor invisibilidad, ya que el color es similar al de los dientes. Es, como cabe imaginar, más caro y requiere de unos cuidados y limpieza más exigentes, ya que se manchan con mucha facilidad.
La ortodoncia Lingual
Prácticamente idéntica a la ortodoncia metálica a excepción de lugar donde se coloca, que, en este caso, se localiza en la parte interior de la mordedura de la dentadura. Son igual de eficientes que el tradicional, pero completamente invisibles, pues solo se verá si se abre la boca y se mira para arriba. Su uso vendrá determinado por el dentista y el propio paciente, pues no es para todo el mundo, ya que es muy complicado limpiarlos, y se requiere un aprendizaje para hablar sin que se note.
La ortodoncia auto-lingual
Con el objetivo de mejorar los perjuicios del anterior, se crea este modelo que es, en la actualidad, la combinación más recomendada por los especialistas y la que mejor valoración obtiene entre los propios usuarios y pacientes. Es decir, la sedo (Sociedad Española de Ortodoncia) es a la que ofrece una puntuación más alta entre todas las variaciones existentes de ortodoncia.
Esta fórmula logra la armonía entre la ortodoncia metálica (o cerámica), con el uso de otro tipo de soportes, como gomas o clips para servir de apoyo al anclaje de los Brackets. Es menos doloroso y hace que no sean tan necesarias las visitas constantes al especialista, lo que significa una reducción considerable en el precio final. Para acceder a este tipo de tratamiento se deben dar una serie de necesidades que serán valoradas por el odontólogo.
La ortodoncia invisible
Esta última es una de las más utilizadas por los adultos que requieren este tipo de tratamiento. Y es que facilitan una limpieza profunda en sus piezas, son casi invisibles y los tiempos entre las visitas para las revisiones de los alineadores se distancian entre sí.
Al igual que la ortodoncia lingual, no es apta para todo el mundo, también se requiere un periodo de adaptación, que puede variar según el tipo de paciente. Pero una vez superado este tiempo, presenta mayor comodidad que cualquier otro tipo. Es, sin embargo, una de las más caras, siendo la más recomendada para casos de corrección medios o leves, para las que son muy eficaces y evitan que se vuelva a llevar ortodoncia. Sin embargo, no son recomendables para problemas dentales en exceso complicados.