LIUBLIANA (dpa) – Las seis repúblicas ex yugoslavas se clasificaron entre los 24 equipos que disputaron el Europeo de baloncesto de Eslovenia. Y tres de ellas avanzaron a la ronda decisiva de los cuartos de final.
A nadie le sorprende el nivel de Eslovenia, Serbia y Croacia. El legendario entrenador yugoslavo y croata Mirko Novosel dijo una vez, antes de una Euroliga de clubes en la que nueve de los 16 técnicos eran de la ex Yugoslavia, que «todos eran alumnos de la escuela de baloncesto yugoslava».
Pero, ¿hay hoy en día, dos décadas después del desmembramiento del país, «una escuela de baloncesto yugoslava»?
«Muchos quieren ver algo así, pero no hay ninguna prueba», dice Petar Skansi, que jugó para la ex Yugoslavia y ganó medallas entrenando tanto a Yugoslavia como a Croacia.
Hasta que el país cayó presa de la violencia en 1991, Yugoslavia era una potencia del baloncesto que recolectó cinco títulos europeos, tres mundiales y uno olímpico.
Después de aquella fecha, el equipo que quedó de Yugoslavia aún fue capaz de ganar tres títulos europeos más y dos mundiales antes de desintegrarse en Serbia y Montenegro.
Además, hay entrenadores que no estuvieron en el Europeo, pero que son asiduos en la escena continental como Svetislav Pesic o Zeljko Obradovic o Bogdan Tanjevic.
Es la persistente presencia de equipos y técnicos de la ya desaparecida federación lo que impone la pregunta sobre la escuela yugoslava.
Ganador del título mundial de 1970 como jugador yugoslavo y plata olímpica en 1992 como entrenador de Croacia, Skansi admite que hay rasgos comunes.
«Todos estos países tienen buenos técnicos y están bien dirigidos, y constantemente producen buenos jugadores», señala. «Sobre todo, es la orgullosa tradición que todos tenemos lo que empuja a nuevas generaciones».
La existencia de seis naciones (y Kosovo podría unirse si logra el reconocimiento internacional) aumentó la presencia balcánica en el concierto baloncestístico mundial, pero sus posibilidades de éxito se redujeron.
Nenad Krstic lidera el juego interior de Serbia. Goran Dragic distribuye con maestría el juego para Eslovenia. Y Bojan Bogdanovic bombardea los aros rivales de forma casi imparable para Croacia.
«¿Si todos hicieran un sólo equipo hoy?», se preguntó Skansi. «Serían campeones de Europa, sin ninguna duda».