(EP) – Las autoridades de Lituania han incluido en la lista de «personas indeseables» al patriarca Kirill, máximo representante de la Iglesia Ortodoxa en Rusia, por su apoyo a la invasión rusa de Ucrania.
Así pues, el Ministerio del Interior de Lituania ha prohibido a Kirill la entrada al país durante un plazo de cinco años, según recoge el portal lituano de noticias Delfi.
Para el Gobierno lituano, el patriarca Kirill es «el aliado más cercano» del presidente ruso, Vladimir Putin, y «uno de los partidarios más activos de la guerra contra Ucrania».
Según el Ministerio del Interior, la autoridad religiosa rusa ha hablado de forma positiva en repetidas ocasiones sobre la guerra en Europa del Este.
De esta forma, la cartera del Interior ha atendido a la solicitud del Ministerio de Asuntos Exteriores lituano, que a finales de junio ya trasladó su intención de incluir al patriarca Kirill en la ‘lista negra’.
Más tarde, la Iglesia Ortodoxa rusa ha condenado la decisión de las autoridades lituanas, a las que ha acusado además de intentar ganar puntos de cara a sus «socios» occidentales, según recoge la agencia rusa Interfax.
«No les importa el hecho de que haya una gran comunidad de creyentes ortodoxos en el territorio de Lituania que, por cierto, no son solo rusos, sino también lituanos«, ha aseverado el Departamento de Relaciones Sinodales de la Iglesia Ortodoxa rusa, Vajtang Kipshidze.
Según Kipshidze, Lituania está violando «de forma completamente antidemocrática y politizada» los derechos de los creyentes ortodoxos del país a través de una medida que no solo está orientada contra los líderes rusos, sino también contra la cultura rusa en sí misma.
«En mi opinión, indica una especie de callejón sin salida en el que se encuentra la política exterior de este Estado (Lituania). Me parece que ya no saben qué pensar para demostrar su liderazgo en el odio contra todo lo ruso», ha dicho el representante eclesiástico.
Otras potencias internacionales, como Canadá o Reino Unido, ya han añadido anteriormente al patriarca Kirill en su listado de personas sancionadas, si bien la Unión Europea rechazó esta posibilidad a comienzos de junio para lograr que Hungría levantase su veto a las sanciones a Rusia.
