LOS ANGELES (dpa) – La vida es suficientemente larga como para comenzar de nuevo cuando ya parece que no hay tiempo, un argumento que deja muy claro «Last Vegas», una película de sexagenarios que se unen en Las Vegas para celebrar el matrimonio de uno de ellos con una mujer mucho menor.
Aunque en principio la voz cantante en este asunto la lleva Michael Douglas (Billy) por aquello de ser el que decide pasar por el altar con una mujer de 32 años, sus compañeros de aventuras no se dejan intimidar y aportan lo suyo, con nombres de tanto peso como Robert De Niro, Morgan Freeman y Kevin Kline, dispuestos a hacer las maletas para acompañar a su amigo en una despedida de soltero memorable.
El tema, explotado con mucha habilidad y éxito por los locos chiflados de «The Hangover» en los últimos años, llega fresco a cartelera por tratarse del reparto en cuestión y por el hecho de que las comedias desenfadadas de calidad no abundan en Hollywood. Todo ello de la mano del director Jon Turteltaub, responsable de varias películas de acción como «The Sorcerer’s Apprentice» o comedias románticas como «While You Were Sleeping».
Esta vez, Turteltaub se maneja con destreza en Las Vegas, un escenario conocido por todos los miembros del reparto, empezando por Douglas, un entusiasta de una ciudad con multitud de atractivos y que le trae muchos recuerdos.
«Solía venir aquí con mi padre, que era muy cercano con gente como Frank Sinatra y Dean Martin. Recuerdo venir y ver sus espectáculos, y recuerdo a Frank, que estaba casado con Mia Farrow y que solo tenía un par de años más que yo», según explicó el actor al diario «Las Vegas Sun». Entonces, analiza Douglas, los famosos no lo tenían tan difícil puesto que la cobertura de prensa era menor. Sus puntos débiles, explica, no estaban tan expuestos y podían vivir felices con sus problemas.
En cuanto a las inevitables comparaciones con «The Hangover», asegura que la diferencia de edad entre Bradley Cooper y compañía es muy diferente con la historia que están a punto de estrenar, lo cual es una ventaja y un elemento diferenciador. «Aunque nosotros no habíamos trabajado juntos antes, creo que se nota que disfrutamos de esta vieja amistad», dice Douglas.
Además de los protagonistas masculinos, la cinta cuenta con la veteranía en el lado femenino de Mary Steenburgen, que hace de cantante en un cabaret de Las Vegas. Es un papel para el que se preparó a conciencia, llegando incluso a cantar en la ducha, como admitió a un diario local. «Gran parte de esa preparación es enfrentarte con tus miedos y otra parte es sencillamente trabajar la voz, que es lo que hice», explica.
Es, en definitiva, una cinta divertida en la que el objetivo es ese, de acuerdo a una leyenda como Morgan Freeman: demostrarle al espectador que fue uno de los rodajes más entretenidos que han tenido en sus carreras y que esa sensación se transmite en pantalla. «Cuando haces una película de terror debes sentir miedo y cuando es algo divertido, se supone que debe mostrarse en el filme», dice el hombre que se mete en la piel de Archie, un ex policía que acaba de sufrir un ataque al corazón y que ve su viaje a Las Vegas como una última oportunidad de aventura.
«Es una comedia muy bien desarrollada», dice el protagonista de «Driving Miss Daisy». «No he hecho muchas películas de este estilo y la idea de poder hacer una buena con iconos en mi vida era una gran oportunidad». En realidad todos los son, y eso hace que «Last Vegas» no sea una película más.
Por Liliana Martínez-Scarpellini