(dpa) – Pocas cosas estresan más a una cobaya que recibir visitas en su casa, ya que con ellas ingresan a su hábitat nuevos olores y ruidos. Además, la gente suele acercarse a los animales y hablarles en voz alta, los alza, los acaricia y aprieta. Para las cobayas este es un escenario de puro horror.
Si encima el visitante trae consigo a su propio animal doméstico y se trata de un perro o un gato, es decir un animal que podría atacar a la cobaya, el estrés del pequeño animalito asciende a tal nivel que puede morir de miedo, advierte la revista alemana «Ein Herz für Tiere» («Un corazón para los animales») en su edición 6/2019.
Por eso, los dueños de cobayas deberían ahorrarle este estrés a sus animalitos y protegerlos de visitas molestas. Si es inevitable que entren en contacto con otras personas que no sean los dueños, lo mejor es que su duración no sea muy larga y nunca sea molesta ni exigente para la cobaya.
Foto: Andrea Warnecke/dpa-tmn