Los colores, los símbolos y los escudos suelen hacer referencia a la historia y el legado de un pueblo o nación, y su pasado común.
Las banderas, lejos de lo material, tienen un significado simbólico que trasciende lo tangible. Normalmente, a las banderas se les otorga un halo de simbolismo que representa la unión de un pueblo, el orgullo de un legado común de sus integrantes y la pertenencia a un grupo. Por esas razones, todos los países del mundo cuentan con una bandera que los identifica.
No obstante, la bandera de un país, nación, ciudad o región, a lo largo de los años, según los acontecimientos y la situación geopolítica, puede variar. En ese sentido, el cambio de bandera puede deberse a una ruptura de un régimen anterior, aunque el grupo al que va dirigida esa nueva insignia siga siendo el mismo; o, en otros casos, puede ser debido a una invasión, una injerencia externa o circunstancias ajenas al propio territorio. En cualquier caso, lo único que denota eso, es la importancia que tiene este elemento, que lejos de figurar y decorar fachadas de edificios públicos, encierra todo un código y decreto sobre la soberanía a la que representa.
Por poner un claro ejemplo, cuando los países tienen la necesidad de defenderse de enemigos externos, suelen abanderarse en los colores patrios, algo que se ha podido ver muy recientemente en la guerra de Ucrania. Pero también, cuando se une un sentimiento de unidad para celebrar algún acontecimiento positivo, como puede ser ganar un Mundial de fútbol o representar al país en los Juegos Olímpicos. España es uno de los países que suele enarbolar la insignia nacional de manera multitudinaria en los actos deportivos internacionales y en sus victorias.
No obstante, ambos ejemplos, aunque muy distantes en el sentido de pertenencia, guardan algo en común, el orgullo por los colores de la bandera ante un acto histórico importante.
Banderas que representan bien
España está compuesta por 17 comunidades y dos ciudades autónomas, cada una tiene su propia idiosincrasia y su bandera. Sin duda, la heterogeneidad de los territorios españoles y sus nacionalidades históricas reconocidas, hablan del basto patrimonio patrio y de la importancia que tiene el hecho de sentirse acorde bajo una bandera común.
La rojigualda, la bandera de los españoles
Hablar de la bandera de España es remontarse a siglos de historia, pero, las tres franjas, roja, amarilla (gualda) y roja, lleva vigente desde finales del S. XVIII, concretamente desde 1785. Aunque una de sus franjas experimentó un cambio durante la Segunda República, y el escudo también se ha ido adaptando según el régimen de cada momento, la bandera que conocemos en la actualidad puede decirse que tiene 238 años de existencia.
No obstante, como símbolo de unidad, igualdad y garantía democrática, fue aprobada por las Cortes Generales como elemento de especial protección en la Constitución de 1978, actual regente. Bajo la insignia nacional española hay siglos de historia a su espalda, al haber sido este país uno de los más activos en la formación de la geopolítica internacional, desde la edad moderna, hasta mediados del S. XX.
Todos los edificios públicos, los actos oficiales, y las representaciones diplomáticas y oficiales del Estado español en el extranjero, tienen la bandera de España como signo de referencia patrio y así lo exhiben cada vez que procede.
Asturias, patria querida
La bandera de Asturias representa la victoria del Rey D. Pelayo contra la invasión árabe, de ahí la cruz de la victoria, que se dibuja en el centro, y las letras alfa y omega, que significan principio y fin. Asturias es una de las comunidades con un legado más atado al sentido patrio, incluso el heredero al trono español ostenta el título honorífico de Príncipe o Princesa de Asturias.
En cualquier caso, contar con banderas de calidad puede otorgar a cada acto la distinción oficial que merece, y por ese motivo, hay empresas que se han especializado en elaborar banderas de alta calidad, para dar cobertura a las administraciones, entidades o grupos de personas que sientan la necesidad de erigirse en torno a este tejido coloreado, que tanto significado adquiere para los abanderados bajo su símbolo y soberanía.