Las personas que habitan zonas rodeadas de naturaleza consiguen mejorar su calidad de vida, además de ser más longevos. Es un hecho que lo natural beneficia al hombre solo con su presencia, por lo que es siempre un buen consejo el de acercarse allá donde abunda en un estado lo más salvaje posible.
Caminar por el interior de bosques frondosos, bañarse en aguas frías de ríos montañosos, sentir el tacto de la tierra cubierta de hojarasca, recibir el aliento limpio que viene del mar, o la soledad estrellada de una noche en el desierto, puede llegar a regenerarnos por completo, actuando sobre nuestro cerebro directamente, reseteándolo.
Si tenemos la suerte de contar con unos pocos metros de jardín en nuestra casa, un terreno donde traer la naturaleza a nuestro propio hogar para poder disfrutarla todos los días, encontraremos aquí un pozo de salud inagotable, tanto física como emocionalmente.
Beneficios del jardín trasero
Efectivamente, contar con un jardín trasero (o delantero según la distribución de cada casa) es una de las mejores herramientas para cuidar de nuestra salud que podemos tener en este mundo de masificadas ciudades, edificios como nichos y espacios asfaltados.
Físicamente, nos ejercitaremos cuidando nuestras plantas y flores, con ejercicios tan saludables y relajados como la poda de nuestros árboles y arbustos para ir dirigiéndolos según nuestro criterio y tener un espacio educado y hermoso. A plantas como el jazmín, que necesitan recortes para que no crezcan asalvajados, debemos ofrecerles los cuidados y poda del jazmín que sean necesarios, al igual que al resto de las plantas, lo que nos procurará un espacio agradable a la vista y nos servirá como gimnasio saludable y entretenido.
Obtendremos una fuente de aire limpio y agradables aromas florales dependiendo de aquello que decidamos plantar, incluyendo la posibilidad de plantar toda una serie de plantas comestibles de forma sencilla y placentera, lo que nos proporcionará una alimentación orgánica, libre de pesticidas y otros elementos químicos que suelen utilizar las huertas industriales y que son tan perjudiciales para nuestra salud.
En cuanto al beneficios mentales que procuran estos espacios de paz y armonía, están relacionados con la relajación de nuestra vida, por lo común demasiado estresante, la contemplación de la belleza que nos proporcionan las propias plantas, la desconexión de los problemas cotidianos del trabajo y de la sociedad… un lugar, en definitiva, para la meditación involuntaria que ofrecen los rincones llenos de naturaleza.
La conexión con nuestras mascotas
Pero si hay algo que nos proporciona auténtica felicidad, que nos ayuda a descargar todas las tensiones, es el contacto con nuestros animales, la complicidad y la conexión que llegamos a sentir con nuestras mascotas, la alegría compartida cuando nos reencontramos con ellos después de las largas jornadas laborales.
Nuestros amigos los perros, las mascotas preferidas por la gran mayoría de los españoles, nos proporcionan también numerosos beneficios, que al igual que los jardines tienen un efecto directo sobre nuestra salud mental y física. Su juego, sus saltos, su alegría se transmiten y contagian, ofreciéndonos lo mejor de ellos mismos.
Por esto mismo, nosotros, sus propietarios debemos ofrecerles, así mismo, un hogar digno, con todas las condiciones para que ellos tengan una vida confortable, que merezca ser vivida, al igual que lo deseamos para nosotros mismos o para nuestros familiares. Así, debemos proporcionarles unas horas de esparcimiento y juego diarios para que sus músculos no se agarroten y atrofien, para que sus pulmones rindan lo que deben en un animal sano. Si tenemos jardín, esto no debe representar problema alguno, si no lo tuviéramos, estaríamos obligados a sacarlos a pasear varias veces al día.
Y, sobre todo, buscarle un hogar para aquellos periodos en los que nos vamos de vacaciones y no podemos llevárnoslo como, con toda seguridad, quisiéramos. Debemos encontrar una residencia para perros en Madrid, en el caso que vivamos en la capital de España, como la Granja la luna, considerado un centro de vacaciones para ellos, donde serán atendidos como si de clientes de un hotel se tratara.
No debemos ser partícipes ni consentir este abandono masivo de aquellos seres queridos que lo darían todo por nosotros. Solo el año pasado se abandonaron 140.000 mascotas en nuestro país. Una vergüenza nacional más que se suma al trato que, por regla general, se ofrece a la naturaleza en su conjunto en España. Gracias a residencias como la referenciada, por muy poco dinero, tendremos a nuestro perro, gato, conejo, hámster, tortuga… o cualquiera que sea nuestra mascota, perfectamente alimentada y aseada, esperando a nuestro regreso.
El verdadero amante de los animales, cuando tiene que separarse de su mascota durante un tiempo, sufre esa despedida como una desconexión, como un momento incómodo al pensar que el compañero de aventuras no entiende por qué se va a pasar tanto tiempo sin verlo y no se lo puede hacer entender. Una amarga sensación que solo desaparecerá cuando se vuelvan a reunir de nuevo.