El sector de la seguridad privada tiene poco de joven en nuestro país. Grandes empresas dentro de este terreno llevan décadas trabajando para ofrecer la máxima protección a sus clientes, sea a través de la vigilancia de establecimientos como a través de la protección personal. Sin embargo, esa antigüedad ha hecho que poco a poco las condiciones de sus trabajadores se hayan visto bastante dañadas.
Es una realidad que queda cada vez más patente. La seguridad privada tiene unos trabajadores que no están pasando por su mejor momento en nuestro país. Recortes de salarios, horas extras sin pagar y unas condiciones que no permiten una buena conciliación ni una buena calidad de vida. Algo que ha estado acentuándose, pero que poco a poco está cambiando gracias a las empresas más jóvenes del sector.
Las empresas jóvenes revitalizan la seguridad privada en España
Las empresas más jóvenes de seguridad privada son las que se están encargando de enderezar el timón del sector. ¿Cómo? Para empezar, ofreciendo unas condiciones dignas y favorables para todo su personal humano. No solo se están volcando en ofrecer las máximas garantías y calidades a sus clientes, también están remando constantemente para dar un mejor futuro a todo ese personal que forma parte de su negocio, a todos los trabajadores que trabajan con ellos a diario.
Por eso, las firmas más nuevas están poniendo el convenio y la conciliación familiar por delante de todo lo demás. Eso es lo que está haciendo que se desmarquen especialmente del resto, con casos como el de Mersant Vigilancia siendo los principales exponentes. Esta compañía lleva más de 6 meses delimitando una senda que es la idónea, y la que debería seguirse, en cuanto a la comunión de buenos servicios y personal contento con su trabajo.
De hecho, vamos a detenernos para hablar un poco de ella. Su planteamiento y, sobre todo, su fidelidad a los principios que le han dado forma, son lo que está haciendo que el sector descubra que todavía hay mucho que aprender. Y no nos referimos solo en cuestión de servicios y su ejecución, sino más bien en las condiciones de los trabajadores, de los vigilantes, de todo el equipo humano que forma parte de una empresa. Ahí están dando la campanada de la mejor manera posible, asentando todo un precedente.
Mersant Vigilancia, el ejemplo a seguir
Mersant tiene muy claro que, en primer lugar, debe amoldarse a las condiciones de cada cliente. Saben que cada consumidor tiene unas condiciones y unas necesidades únicas, por eso su fórmula debe ser lo suficientemente flexible como para encajar con cada caso. Puede que lleven poco tiempo, pero han dejado claro que saben perfectamente cómo hacerlo, ofreciendo unos servicios de seguridad privada que están por encima incluso de algunas de las empresas más reputadas del país.
Clientes como Valoriza, la Junta de Andalucía o incluso la Cadena SER cuentan con su trabajo, cosa que deja claro hasta qué punto saben ofrecer un servicio de calidad. Pero veníamos hablando de las condiciones de los trabajadores, de su futuro a nivel tanto personal como profesional. Eso es algo que influye muchísimo en los resultados de una empresa y en su reputación. En ese sentido, también hay que decir que Mersant Vigilancia ha sabido cómo hacer las cosas.
La compañía andaluza parte de la idea de que no hay un buen trabajo sin un trabajador contento, erigiendo toda su filosofía de trabajo sobre ese cimiento. Por esa misma razón, se preocupa por el máximo cumplimiento de los convenios de trabajo del sector, de ofrecer a sus integrantes las condiciones más adecuadas para cada puesto. Sueldos bien equilibrados, horarios de trabajo flexibles y sin ningún tipo de exceso y, en general, unas pautas que deberían seguir las demás compañías.
Su prioridad es que todos sus empleados estén satisfechos con su trabajo y contentos con el entorno en el que desarrollan su actividad laboral. La conciliación familiar es clave en esto, por eso cumplen con todos los plazos vacacionales, pagan cada hora extra que haga falta y se encargan siempre de establecer unos horarios que permitan combinar la jornada de trabajo con el descanso y la jornada personal. Algo que, desafortunadamente, parece estar cayendo en el olvido en numerosos sectores.
El giro de timón que necesita el sector
Aunque parezca sorprendente, la seguridad privada en nuestro país está pasando por una temporada bastante mala para su crecimiento. El sector de la seguridad privada en España ha advertido del riesgo que supone el recorte en los servicios de seguridad y vigilancia que algunas empresas están realizando tras la finalización del estado de alarma, que choca contra las medidas para garantizar la seguridad y salud de las personas.
Un cambio que afecta negativamente a todas las empresas implicadas y también a sus trabajadores. Los negocios apuestan menos por este tipo de servicios ante la vuelta a la nueva normalidad, pero, en muchos casos, el rebrote que está surgiendo en todas partes se debe a la falta de protección y seguridad. Algo bastante curioso, porque mantener a los profesionales de la seguridad privada habría servido para mantener las medidas impuestas para garantizar la protección y reducir los contagios.
Precisamente estos recortes han provocado numerosos despidos y un decrecimiento general que ha afectado negativamente a las condiciones de los profesionales de la seguridad que siguen en activo. Al menos así ha sido en muchos casos, porque en otros tantos esto no está pasando. Ahí tenemos a Mersant Vigilancia, que ha sabido no solo mantenerse, sino crecer a la vez que se encarga de mejorar las condiciones de todo su equipo.
Esa filosofía por la que apuestan es justo la que necesitan las empresas de seguridad para crecer, para garantizar un entorno saludable a sus integrantes y para incluso conseguir atraer a más clientes. La necesidad por la protección volverá más pronto que tarde, sobre todo viendo cómo los rebrotes de la pandemia están aumentando considerablemente a las personas afectadas ya no solo en el país, sino en todo el mundo.