(dpa) – Las nuevas consolas de Xbox no son muy excitantes, ya desde su diseño. El modelo más grande, la Xbox Series X, es un monolito negro con leves acentos en verde. La más pequeña Xbox Series S es un bloque blanco con un gran círculo negro a un costado. Al menos, estas consolas se adaptan ópticamente a casi cualquier ambiente.
Y hay poco más que sea realmente emocionante en el test, aunque esto no significa que Microsoft haya hecho un mal trabajo con la nueva generación de sus consolas hogareñas.
Ambas versiones traen mejoras decisivas respecto a sus antecesoras, a las que los jugadores se pueden adaptar, en el mejor de los casos, en poco tiempo.
Un rápido almacenamiento permite acortar los tiempos de carga
Por un lado están los tiempos de espera, que se redujeron drásticamente. Ambas consolas incorporaron unidades SSD veloces y por ello los tiempos de carga deben bajar con fuerza. La Series X ofrece 1 terabyte (TB) de almacenamiento, mientras que la Series S, 512 gigabytes (GB), y ambas pueden incorporar una tarjeta de expansión de almacenamiento que permite sumar 1 TB.
El resultado de esta carga rápida es que las consolas reaccionan en la prueba más rápido que el televisor conectado y los niveles de los juegos suelen cargarse ahora en pocos segundos.
La función «Quick Resume» permite además, a través de los SSD, un cambio rápido entre las aplicaciones y los juegos, que permanecen abiertos en segundo plano. Esto funciona sin embargo solo con juegos optimizados.
Los juegos también podrían cambiar en un futuro gracias a estos cortos tiempos de carga, porque los estudios de desarrollo no necesitarían ocultar los tiempos de carga. Sin embargo, tardará un poco en que lleguen al mercado juegos especialmente creados para esta nueva generación de consolas y sus nuevas características.
Imágenes fluidas de alta definición
Por supuesto, muchas más cosas han sucedido también. Ambas consolas poseen procesadores y tarjetas gráficas actuales, aunque la Series S tiene un poco menos de potencia de cálculo.
A través de la nueva tecnología, la Series X cuenta con un soporte para 8K con 60 fotogramas por segundo (fps) y 4K (Ultra HD) hasta con 120 fps. Para ello sin embargo es necesario contar con un televisor o una pantalla adecuada.
La Series S alcanza una definición máxima de 1440p con 120 fps, pero no cuenta con lector óptico para Blu-Ray 4K.
Menos ha cambiado en tanto en el control de las nuevas consolas. Ya su antecesor fue considerado por muchos aficionados como el mando ideal. La cruz de comando fue reemplazada por un gran botón redondo. En el medio se agregó un botón de «Share» (compartir) con el que los jugadores pueden hacer fácilmente capturas de pantalla y grabaciones. Se alimentan, como antes, con dos baterías AA.
Muchas aplicaciones pero pocos juegos exclusivos
Ambas consolas pueden seguir utilizándose como centrales de medios. Las plataformas de streaming como Netflix, Spotify, Apple TV+, Youtube, Amazon Prime o Disney+ se pueden descargar de forma gratuita a través del Microsoft Store, aunque para utilizarlas se debe abonar la correspondiente membresía.
Lo más importante en el nuevo hardware son por supuesto los juegos. Y aquí Microsoft elige un camino inusual: para comenzar no existen juegos nuevos exclusivos. El anunciado lanzamiento de «Halo Infinite» se postergó incluso para 2021.
En cambio, Xbox quiere sumar puntos con el enorme catálogo de juegos de las generaciones previas.
Casi todos los juegos creados desde la primera Xbox, que se pueden ejecutar en la Xbox One, también deberían poder utilizarse en las nuevas consolas, excepto los juegos que utilizan el control de movimiento Kinect.
El fabricante enumera alrededor de 580 juegos compatibles con la versión anterior en su sitio web.
Una optimización gradual
Por un lado, la transición a la nueva generación de consolas se facilita porque quien no había terminado aún un juego en la Xbox One, puede seguir jugándolo simplemente en las Series X/S ya que el nivel se actualiza directamente desde la nube.
Por el otro lado, esto hace que el cambio -visto desde la nueva tecnología- sea bastante innecesario. Muchos juegos sólo serán optimizados para la nueva generación en los próximos meses, de tal manera que la nueva tecnología se haga sentir en la pantalla.
Para el lanzamiento, se han adaptado 30 juegos para la nueva generación, entre los que se incluyen «Forza Horizon 4», «Gears 5», «Ori and the Will of the Wisps» y «Sea of Thieves».
Juegos que cuentan con la etiqueta «Smart Delivery» pueden ser actualizados de forma gratuita de la versión de Xbox One a la de las nuevas consolas.
Un punto importante en la estrategia de Microsoft es el abono Game Pass, ya que por un pago mensual los asociados tienen acceso a más de cien juegos.
La falta de entusiasmo por estas nuevas consolas también es una buena razón para simplemente esperar un poco más antes de comprarlas. Y aguardar así a contar con juegos exclusivos, contenido más optimizado y, posiblemente, incluso una caída de los precios. Entonces, se exhibirá realmente el verdadero poder de esta nueva generación.
Xbox Series X y Xbox Series S se lanzarán en todo el mundo el 10 de noviembre. Ambas consolas fueron facilitadas a dpa por adelantado para realizar pruebas.
Por Benedikt Wenck (dpa)