(dpa) – No hay un huevo a la vista, pero la pareja de pingüinos protege la cueva como si estuviera a punto de nacer su descendencia, cuenta la bióloga alemana Ilse Tutter durante una visita guiada en el zoológico Hellabrunn en Múnich.
La característica especial en este caso es que se trata de dos pingüinos machos. La pareja, que ya había adoptado un huevo en el pasado, esta temporada está incubando una piedra.
Los pingüinos de Humboldt son la sensación y el ejemplo más destacado durante una visita guiada en el zoológico de Hellabrunn en Múnich cuyo tema central es la «homosexualidad en el reino animal».
En el marco de las Marchas del Orgullo Gay en Alemania, el zoológico de Múnich ofrece por primera vez este tour especial durante varios días.
«La sexualidad, la homosexualidad y la heterosexualidad son rasgos de personalidad. Es una característica de los humanos», señala Tutter al comienzo del encuentro.
La bióloga explica que ya Aristóteles documentó la homosexualidad entre los animales 300 años antes de Cristo. Hasta la fecha, se ha observado este comportamiento en unas 500 especies, señala.
En general, los animales que viven en grupos, colonias o manadas muestran más comportamientos homosexuales que los animales solitarios, que solo tienen sexo durante la época de apareamiento. «Sirve sólo para la reproducción. Una pareja del mismo sexo no tendría sentido», destaca Tutter.
Para muchas especies que viven en manada, por ejemplo en el caso de los bisontes, montarse sobre otro congénere es también una cuestión de jerarquía, pero al mismo tiempo un signo de cohesión: «Uno deja que suceda, uno se deja montar, pero no por extraños», apunta la experta.
El comportamiento homosexual se ha observado con más frecuencia en los machos, por ejemplo, entre los murciélagos «lamiéndose el pene con entusiasmo», detalla.
«También se sabe que el diez por ciento de los carneros domesticados rechaza aparearse con hembras. Elefantes hembras, en cambio, se refriegan las trompas o los pezones entre sí».
Los cisnes negros de vez en cuando forman tríos. «Dos machos buscan una hembra, uno de ellos se aparea y luego la hembra es espantada», explica Tutter y recalca que esto tiene sus ventajas para mantener la especie.
Dos machos llevan más alimento y el éxito de reproducción es mucho mayor. Con los pingüinos pasa lo mismo: si dos machos adoptan un huevo abandonado, eso es beneficioso para toda la colonia, asegura la experta.
Tutter menciona que durante mucho tiempo se evitó hablar del tema de la homosexualidad entre animales. La razón, según la bióloga, es «la llamada falsificación de la ciencia y las concepciones morales de la época. Para tener argumentos homofóbicos se negaba y se decía que era un comportamiento antinatural».
Al mismo tiempo, afirma que no conoce formas de homofobia en el reino animal, como por ejemplo la exclusión. «Creo que eso es una tontería humana», comenta.
Además del parque de animales en Múnich, también los zoológicos Núremberg y de Chemnitz en Alemania han abordado el tema de la diversidad sexual en el reino animal.
Hace unos días, también el zoo de Londres colocó una pancarta frente al recinto de pingüinos con la inscripción: «Algunos pingüinos son gay, supéralo».
Klemens Pütz, un experto en aves, señala en su libro «Unverfrorene Freunde» («Amigos impúdicos») que el comportamiento homosexual en pingüinos, así como en otros pájaros, no es infrecuente.
«Si durante la temporada de apareamiento no está presente una pareja del sexo opuesto, entonces se juntan entre sí». Tal vez los pingüinos son las «mejores personas», indica Pütz. «Porque aman a quien o lo que tienen delante de ellos. Incondicionalmente», concluye.
Por Marco Krefting (dpa)
Foto: Monika Skolimowska/zb/dpa