Alicante, 20 jul (EFE).- Setenta y siete de las setenta y nueva víctimas mortales del accidente ferroviario ocurrido en el barrio compostelano de Angrois en julio de 2013 han sido identificadas mediante el chip que lleva incorporado el Documento Nacional de Identidad (DNI) y a su conexión con la base de datos de la policía.
La identificación de víctimas en grandes catástrofes o atentados ha puesto a nuestro país en la primera línea en cuanto a eficacia y rapidez gracias, en parte, a algo tan pequeño como el chip incluido en el DNI de cada español, el cual contiene información biométrica de cada persona.
Según el Comisario Jefe de la Unidad Central de Identificación de la Comisaría General de la Policía Científica, Juan Antonio Rodríguez San Román, nuestro sistema relaciona estos datos con la huella dactilar de la persona, agilizando el proceso y colocando a España como ejemplo para la Unión Europea, donde muchos países, sobre todo los anglosajones, utilizan el sistema de identificación por ADN.
Rodríguez ha presentado estas conclusiones durante su ponencia ‘La identificación de personas en grandes catástrofes. Especial referencia al accidente ferroviario de Santiago de Compostela’, ofrecida durante esta semana en el curso de verano ‘Ciencias forenses aplicadas a la investigación’ de la Universidad de Alicante.
El proceso con ADN es «mucho más complejo y dificultoso» y requiere, incluso, que haya que acudir a los familiares más cercanos para poder proceder a la identificación. «Si no hay familiares se puede dar el caso de que no se consiga», ha explicado en declaraciones a Efe.
En cambio, con la huella dactilar se puede hacer desde el mismo lugar de los hechos y sin necesidad de recurrir a nadie, gracias a la base de datos que conecta con el chip del DNI.
«Es una herramienta fundamental porque en cuestión de minutos nos permite identificar a una víctima de forma certera; nunca nos vamos a equivocar», ha insistido.
Su única pega es, según Rodríguez, que «no permite una búsqueda automática», si bien, «se está trabajando en ello».
Evidentemente, todo este mecanismo «depende mucho del estado de los cadáveres, de su fragmentación o de si están quemados», pues esta situación dificulta mucho el trabajo.
Aún así, el comisario ha mencionado en su exposición que países como Suiza están interesados en adoptar este modelo y que los atentados sufridos en nuestro país también han influido en que seamos punteros en este ámbito debido a la experiencia acumulada.
«El atentado del 11 de marzo (de 2004) supuso un antes y un después en la identificación de víctimas», ha indicado.
Prueba de la importancia del DNI en la identificación de personas en grandes catástrofes es que 77 de las 79 víctimas mortales del accidente ferroviario de Angrois fueron identificadas gracias a este documento y a su conexión con la base de datos de la policía.
Durante su ponencia también ha resaltado la importancia del Real Decreto 32/2009 por el cual se marcan las pautas para la actuación conjunta de la policía científica y los médicos forenses, algo que «siempre se había dejado a la improvisación y buen hacer» de estos dos cuerpos.
El comisario ha resaltado que la prioridad de su departamento son los familiares de las víctimas, a los que siempre hay que proporcionarles informaciones «claras y continuas», ya que «las confusas hacen mucho daño».
«Los familiares exigen rapidez en la identificación de las víctimas, una situación comprensible a la que se enfrenta la policía científica», ha detallado Rodríguez San Román.
Ha negado que la policía reciba presiones de políticos o de altos mandos en momentos de tensión por una catástrofe y ha señalado que la crisis económica hace que los patrones de control de seguridad se hagan en base a los mínimos marcados por la norma y no a los máximos, algo que «preocupa especialmente en la aviación».