(dpa) – La enfermedad reumática inflamatoria puede afectar al corazón y los vasos sanguíneos. Esto hace que los afectados tengan un mayor riesgo de sufrir inflamaciones en las paredes de los vasos sanguíneos.
Esto genera más calcificaciones, es decir, arterioesclerosis. Las complicaciones graves van desde el infarto de corazón hasta un ataque cerebral.
Por eso, los pacientes con artritis reumatoidea y otras formas inflamatorias de reuma deberían chequearse regularmente el corazón, como mínimo cada cinco años. Si se van a hacer grandes cambios en el tratamiento, también conviene estudiar el riesgo del corazón y los vasos sanguíneos.
Es bueno saber que el peligro de una arterioesclerosis de avance rápido es mayor cuando se le añaden al reuma otros factores, como el exceso de grasas en la sangre, la presión alta, la diabetes o el sobrepeso.
Si los pacientes con reuma tienen síntomas como dolor de pecho o falta de aire al hacer cosas que antes no eran un problema, lo mejor es consultar con el médico.