La crisis de Venezuela crece a pasos agigantados. Ya no sólo abarca la economía y la política, sino que cada vez se extiende más en cada uno de los ámbitos que repercuten sensiblemente en la sociedad.
Y es que a consecuencia de las pésimas políticas sanitarias y la crisis hospitalaria tan abrumante que atraviesa el país, cada vez son más las enfermedades que acaban con la vida de los ciudadanos venezolanos.
Recientemente, el activista en Derechos Humanos, Alfonzo Bolívar, indicó que Venezuela junto con Haití, son actualmente, los dos países con más casos de difteria en el continente americano.
“Durante los primeros seis meses del año, Venezuela y Haití fueron los dos países del continente americano en los que se confirmaron más casos de difteria: 147 en Venezuela y 6 en Haití, para un total de 153”, señaló.
La información la dio a conocer la Organización Panamericana de la Salud (OPS), en su última actualización sobre la difteria que abarca hasta la semana epidemiológica número 25 (última semana de junio) del presente año.
Además, la OPS indica que en lo que va de año se han registrado 397 casos sospechosos: 324 en Venezuela, 70 en Haití y 3 en Colombia.
En este contexto, se puede afirmar que la crisis de salud en Venezuela es la más grave de todo el continente americano, ya que, hoy en día, la difteria está haciendo estragos en nueve entidades, diez municipios y catorce parroquias de la nación sudamericana y desde el 2016 hasta la actualidad se han registrado 286 muertes.
En resumen, el problema de salud en Venezuela ya no se trata de un simple problema que “hay que resolver” sino que se ha convertido en una verdadera emergencia nacional.
Por otro lado, es el deber de un Gobierno el garantizar el derecho a la salud a sus ciudadanos, por lo que, en estos momentos se hace urgente la implementación de políticas sanitarias y de vacunación ante el nuevo brote tan alarmante de enfermedades que hace algunos años estaban prácticamente extintas en Venezuela.
Ha quedado claro, una vez más la incapacidad, la pésima gestión y, sobre todo, la indolencia del régimen de Nicolás Maduro. Cada vez es más necesario que se lleve a cabo un cambio de Gobierno en aras de recuperar la salud y el sistema sanitario de atención pública en el país. Los venezolanos merecen una mejor calidad de vida y merecen un Estado que les garantice el respeto de sus derechos fundamentales.