Berlín (dpa) – Carlo Chatrian y Mariette Rissenbeek son la nueva cúpula al frente de la Berlinale, el festival internacional de cine de Berlín, que el próximo 20 de febrero levantará el telón de su 70 edición.
Todavía no se ha presentado el programa, pero lo que sí se sabe es que el veterano actor británico Jeremy Irons presidirá el jurado internacional de esta edición, en la que Chatrian y Rissenbeek debutan como dúo al frente del certamen cinematográfico más importante de Alemania y uno de los más prestigiosos del mundo junto con Cannes y Venecia.
La Berlinale remite de inmediato a la alfombra roja, la caza de autógrafos o selfies con los actores y sobre todo a mucho cine de todo tipo. Organizar el certamen, y hacerlo en un aniversario redondo no ha sido un camino de rosas para sus nuevos responsables.
«Todo es muy emocionante», comenta la gerente Rissenbeek. «Todavía queda mucho por hacer, por decidir y por organizar», agrega esta mujer de 63 años y como ejemplo que se están buscando nuevas salas, porque uno de los cines que habitualmente colabora con la Berlinale cierra y se han tenido que alquilar salas en la céntrica plaza Alexanderplatz.
Lo que todavía no se conoce es qué rostros famosos desfilarán por la alfombra roja: la que seguro no va a faltar es la actriz británica y ganadora de un Oscar Helen Mirren, ya que recibe uno de los premios honoríficos del festival.
Y también se verá al director italiano Matteo Garrone («Dogman»), que mostrará su versión de Pinocho, un clásico de la literatura infantil, con el actor Roberto Benigni en el reparto. Pero, ¿quién más vendrá? Todavía es una incógnita.
Dieter Kosslick, el que fuera durante muchos años director de la Berlinale, convocaba a numerosas estrellas de cine a la capital alemana.
Chatrian, el nuevo director artístico del certamen, ya ha señalado que la Berlinale no es una «máquina de glamour» y que su prioridad son las películas. Y eso se percibe de inmediato cuando se le escucha hablar. «Para ser sincero he de decir que es como una madre con sus hijos. Cada una de las películas que se muestra en el festival es para mí igual de importante», asegura en diálogo con la agencia dpa.
Chatrian, de 48 años, ha creado este año además una nueva sección competitiva denominada «Encounters», en la que quiere reunir películas menos convencionales.
Para preparar esta edición del festival no sólo ha visto numerosas películas nuevas, sino también un sinfín de clásicos para las secciones de las retrospectivas. Dar una cifra exacta resulta difícil, «pero tal vez hayan sido unas 700 o 800 películas en los últimos diez meses», señala Chatrian. Si se le pregunta cómo se consigue ver tanto cine, señala que su labor se asemeja a la de una cata de vinos.
«Se puede intentar probar numerosos vinos en una hora, pero nunca se va a conseguir. Pero los expertos pueden», indica el italiano. «Ellos a veces solo prueban un poco de vino, pero no se beben la copa entera», explica. A veces, transcurridos unos pocos minutos uno ya sabe si la película adecuada es para el programa o no.
Entre las propuestas presentadas figuran también producciones cinematográficas de las plataformas de streaming. El hecho de que productores como Netflix estrenen sus películas en los festivales de cine pone en pie de guerra a los distribuidores de cine, que temen por su negocio si las películas de las plataformas de streaming ganan premios pero después no se estrenan plenamente en los cines. El año pasado ya hubo protestas.
El nuevo dúo directivo de la Berlinale no quiere descartar por principios a las producciones de las plataformas digitales. «Pero tenemos una norma: si la película se muestra en competición, tiene que tener un estreno en cines», puntualiza Chatrian.
Lo que no se especifica es qué tipo de estreno va a ser, es decir, si se hará de forma regular en numerosos cines o tan sólo en unos pocos para cubrir el expediente. Eso no ha sido estipulado. «Yo no puedo exigir a un distribuidor que muestre la película en 200 cines», señala Chatrian.
La nueva cúpula directiva ha cambiado además algunos detalles. En los carteles del festival ya no se verán los osos, el símbolo distintivo del certamen, sino diseños abstractos.
Y antes de que arranque el festival se celebrará una ronda de conversaciones con los directores y las directoras de las películas. El programa completo será presentado el 29 de enero.
Un festival no es sólo una larga lista de nombres de películas, indica Chatrian. «No se trata de hacer una selección de lo más llamativo, sino de contar una historia», agrega.
Por Julia Kilian (dpa)