HALEIWA, HAWAI (dpa) – Como en cada fin de año, nadie sabe con exactitud qué planes tiene Kelly Slater para su futuro. El «rey de las olas» ya tiene 41 años y podría ser el padre de muchos de sus rivales en el mar, pero aún así sigue estando en la cúspide del surf.
Slater podría conquistar en la última competencia de la temporada en Hawái el duodécimo título mundial de su carrera. ¿Llegará después de ello el retiro del estadounidense? Nadie lo sabe.
Hace 15 años, Slater anunció su retiro por considerar que ya lo había conseguido todo en su deporte. Pero cinco años después volvió y hasta el día de hoy da la sensación de querer recuperar el tiempo perdido.
«Cuando tenga 50 años quiero surfear aún mejor. Para mí es una viaje de toda la vida», dijo con seguridad.
En febrero cumplirá 42 años, una edad en la que otros educan a sus hijos o se hunden en la crisis de la mediana edad. «Amigos con los que hace 10 o 20 años competía en el Tour están ahora casados y tienen hijos», reconoce.
Slater ha renunciado a todo hasta ahora. Nada de familia e hijos. Alguien que siempre se comporta y se presenta como un joven de 20 años tiene otras prioridades. Porque en la estrecha tabla de surf, Slater es todavía el genio por excelencia. Nadie puede montarse sobre las olas de modo tan espectacular y temerario como él.
Al igual que en la década de 1990, las mujeres lo aclaman cada vez que regresa a la orilla. Su aura es juvenil, su rostro liso, sin arrugas. El tiempo parece haberse detenido para él.
En el aspecto deportivo es exactamente lo mismo. Como todos los años, el hombre con la calva sale en busca del título mundial. Algo más de 7.000 puntos lo separan del líder australiano Mick Fanning. Para superarlo y lograr su duodécimo título, deberá ganar la última competencia del año en Hawái a principios de diciembre y esperar que Fanning no se clasifique entre los tres primeros.
«Si todo sale así, sería grandioso. Si no, entonces habrá sido Mick el mejor este ano», dice Slater sin demasiados complejos. Nunca se ha caracterizado por tener una ambición desmedida, lo que le hace ser querido en el ambiente.
El tour se desarrolla entre marzo y diciembre y tiene en total diez competencias. Cuando no anda de una playa, anda en otra, entonces Slater se junta con sus amigos y escucha los comentarios de siempre.
«Me dicen que no pueden comprender por qué sigo haciendo lo mismo, por qué día tras día voy en busca de las mejores olas», relata el estadounidense.
La fama de Slater ha traspasado la frontera y a principios de los ´90 actuó en varios capítulos de «Baywatch». La famosa serie estadounidense intentó representar mejor que nadie la vida al parecer ideal en las costas de California, y Slater encajaba a la perfección con esa imagen. Hasta cuándo eso seguirá siendo así, sólo él tiene la respuesta.
Por Michael Brehme