San Sebastián, 21 sep (dpa) – ¿Puede haber algo más desconcertante que conocer a una persona idéntica a usted? Pues eso mismo le sucede a Jake Gyllenhaal el «Enemy», un potente thriller psicológico que hoy fue recibido entre aplausos en el Festival de San Sebastián.
El canadiense Denis Villeneuve, nominado a un Oscar por «Incendies», adapta esta vez la novela «El hombre duplicado», del Nobel de Literatura portugués José Saramago, y lo hace ahondando en la fragilidad del ser humano y explorando los rincones más tenebrosos del subconsciente.
Con una estética oscura, a ratos dotada de una profunda carga erótica y surreal, «Enemy» se centra en Adam (Gyllenhaal), un anodino profesor de Historia que un día, viendo una película, topa con un actor que es su vivo retrato. Decidido a conocerlo como sea, acaba provocando un encuentro que se convierte en su peor pesadilla.
«El nacimiento del doble, su fabricación, está muy presente en el cine y permite experimentar con múltiples posibilidades», señaló Villeneuve durante la presentación de la película. Por eso, y por la libertad de la que ha gozado tanto en lo formal como en lo narrativo, la considera también su cinta más personal, pues siempre se sintió atraído por la fuerza del subconsciente.
Villeneuve logra atrapar al espectador construyendo una atmósfera desasosegante que hizo pensar a muchos en el mago del suspense Alfred Hitchcock. Y el cineasta se mostró encantado con la comparación. «La elección de las actrices rubias no fue casual», confesó sobre Mélanie Laurent y Sarah Gadon, a quien hizo aclararse el cabello.
El componente erótico, fruto de la obsesiva sexualidad del protagonista y su incapacidad para amar, se traduce simbólicamente en un monstruo arácnido que lo acecha mientras él y su «Doppelgänger» se persiguen entre los rascacielos de la ciudad. Una pesadilla con un final kafkiano.
Gyllenhaal («Brokeback Mountain») fue el gran ausente del día, pese a que como Villeneuve hace doblete en el certamen con «Prisoners», esta vez junto al Premio Donostia Hugh Jackman. Pero tampoco acompañaron al director Laurent ni Isabella Rossellini, la figura materna anclada en la psique del protagonista.
Eso sí, el cineasta quiso dejar claro que se trata de una versión «totalmente libre» de «El hombre duplicado». «Adoré la obra de Saramago, por eso era importante marcar esa diferencia con el título», explicó. «Enemy» cuenta con los productores de «A ciegas», la versión de «Ensayo sobre la ceguera» que firmó Fernando Meirelles, y con participación española.
Y mientras el ministro de Cultura, José Ignacio Wert, entregó el Premio Nacional de Cinematografía a Juan Antonio Bayona («Lo imposible»), que aprovechó para reivindicar la importancia de la educación, la segunda protagonista del día fue la venezolana «Pelo malo».
En su tercer largometraje, Mariana Rondón «Postales de Leningrado» cuenta una historia «muy chiquita» en la que a base de gestos y miradas muestra la intolerancia en toda su crudeza. Y lo hace centrándose en un niño que busca ante todo el amor materno, pero sólo encuentra rechazo e incomprensión.
Junior tiene el «pelo malo» y su obsesión es alisarse los rizos para salir guapo en la fotografía que ha de llevar al colegio. Su objetivo final es que, al verlo así, su madre lo quiera. Sin embargo, ésta ve en él una conducta sospechosa y recela de su aparente homosexualidad.
La película está rodada en unos inmensos edificios multifamiliares de Caracas, resultado del proyecto de «ciudad utópica» diseñado en los años 50 por Le Corbusier. Y Rondón explota visualmente sus posibilidades con conmovedoras secuencias en las que Junior y su amiga juegan al veo-veo, desenmascarando en hostil entorno que los rodea.