Nueva York, 23 sep (dpa) – Cuando hace cinco años los organizadores de los premios Emmy de televisión dieron luz verde a las series de Internet, prácticamente a nadie le interesaban. La red parecía sólo un medio secundario, nada que ver con la televisión de verdad. Pero este año todo el sector televisivo contuvo el aliento: con «House of Cards», por primera vez una serie producida solo para «streaming» podría haberse convertido en el vencedor de la noche.
No fue así, y si bien «House of Cards» logró el galardón a la mejor dirección para David Fincher, no consiguió alzarse con el premio a la mejor serie dramática, que fue para «Breaking Bad». Pero la veda está abierta y los premios de televisión nunca volverán a ser sólo de televisión.
«Bienvenidos a la gran noche de la televisión. Para los jóvenes: televisión es eso que miran en sus teléfonos», saludó el presentador de la gala, Neil Patrick Harris, el «Barney» de «Como conocí a vuestra madre».
Y lo cierto es que a los jóvenes les gusta «House of Cards», la serie en la que el oscarizado Kevin Spacey interpreta a un político intrigante. La serie, en cuya segunda temporada se está trabajando en la actualidad, está producida por la empresa de Internet Netflix. Sus seguidores pueden abonarse a ella y verla sin cable ni antena en la televisión o cualquier dispositivo que esté conectado a Internet.
A pesar de ser de reciente creaciones, servicios como Netflix son tan fuertes ya en Estados Unidos que los videoclubs se están convirtiendo en una rareza, a la par que se resienten las ventas de DVD. ¿Por qué salir de casa a buscar lo que se puede conseguir con un par de clicks?
Pero a pesar da novedad, «House of Cards» no dio la campanada y, junto al premio a la mejor dirección, sólo logró otros dos reconocimientos secundarios.
En esta ocasión no hubo un ganador tan claro como en años anteriores. «Mad Men» lo fue durante cuatro años seguidos, pero este 2013 la serie basada en una agencia de publicidad de los años 60 no logró ni un sólo premio. «Homeland» le arrebató en trono en 2013, pero este año más que dos galardones: al mejor guión y la mejor actriz dramática, Claire Danes.
A punto de terminar su quinta y última temporada, «Breaking Bad» se llevó en esta ocasión uno de los premios más codiciados, el de la mejor serie dramática. Pero aunque muchos expertos veían ya en manos de su protagonista (Bryan Cranston) el Emmy al mejor actor dramático, este fue a parar a Jeff Daniels, por su papel en «The Newsroom».
La mayor dosis de glamour la puso «Behind the Candelabra», con un presupuesto de 23 millones de dólares, Steven Soderbergh tras la cámara y Michael Douglas y Matt Damon como protagonistas. Con un elenco y unas cifras dignas de la gran pantalla, esta película de dos horas fue concebida sin embargo para su hermana pequeña.
Producida para el canal de pago HBO, «Behind the Candelabra» ha sido un gran éxito de público y crítica. En ella, Douglas interpreta al famoso pianista Liberace, que murió de sida en 1987. El biopic logró 11 Emmys, aunque ocho de ellos en categorías menores.
Por Chris Melzer