Las funciones de la dentadura no se limitan solamente a masticar, sino que también tiene funciones de fonación y estética. La falta de sólo uno de los dientes tiene efectos negativos en el resto y en las funciones de la boca. Es por ello que es sumamente importante que se les preste atención y se les cuide. La salud bucal es importante para mantener la salud del organismo humano. La enfermedad más común que afecta los dientes es la caries y los problemas de las encías. Ambas se pueden evitar con ciertos hábitos y una correcta alimentación. Lo más determinante es una buena higiene bucal, con una asidua visita al odontólogo. Puedes encontrar excelentes especialistas en rodriguezrecio.com, desde la odontología general, pasando por la cirugía maxilofacial, hasta tratamientos de belleza y médico-estéticos.
Gozar de una buena salud bucal, requiere de disciplina tanto en los hábitos de higiene, como en la alimentación y control odontológico.
Hábitos saludables para proteger los dientes
Lo esencial para mantener una buena higiene bucal y mantener nuestros dientes sanos es realizar un correcto cepillado, al menos dos veces al día, siendo imprescindible el cepillado antes de acostarse. Este hábito debe acompañarse de la disminución del consumo de dulces y bebidas azucaradas, así mismo, es indispensable realizar por lo menos una vez al año una visita de control en una Clínica dental en Oviedo o donde te encuentres. Para el cepillado se debe elegir un cepillo de mango recto, con tres o cuatro filas de cerdas de nylon suave, debiendo ser sustituido trimestralmente. El cepillo eléctrico, a su vez, consigue muy buenos resultados, debiéndose cambiar el cabezal cada cierto tiempo. La pasta dental que se utilice debe contener flúor, para fortalecer los dientes, en una concentración que va directamente relacionada con la edad de la persona y cuya función es remineralizar las áreas de los dientes que estén dañadas. Para los adultos la concentración debería de ser de 1000 partes por millón de flúor, los niños entre 2 años y 6 años deberían usar pastas con una concentración de 500 partes por millón de flúor. Es conveniente consultar al odontólogo para determinar el tipo de pasta dental requerida. Existen otros accesorios que ayudan en la higiene bucal, como lo son la cinta dental y los cepillos interdentales; usarlos de forma permanente coadyuva a tener una dentadura sana y protegida.
La salud bucal y la estética
La sonrisa es nuestra primera carta de presentación. En la actualidad existen diversas formas de obtener la sonrisa que deseamos; se puede optar por un tratamiento de Blanqueamiento dental en Oviedo, por tratamientos de ortodoncia, o el uso de carillas/lentillas dentales para mejorar el aspecto de la dentadura. Limpiar las caries es fundamental también. Con ello se evita que se puedan perder dientes que compliquen el estado bucal, desde la perspectiva tanto de la salud como de la estética, toda vez que la falta un diente termina por afectar la sujeción del resto y, al mismo tiempo, afecta la seguridad y autoestima de la persona afectada. La alimentación y la salud bucal Existen algunos alimentos que inciden en la salud bucal, por ello es importante que tengamos una alimentación equilibrada en la que estén presentes las verduras y las frutas, combinadas con raciones pequeñas de carne, pescado y pollo. Todos los alimentos que sean ricos en minerales son ideales para nutrir los dientes. Lo contrario sucede con los alimentos ricos en carbohidratos, la comida basura, los productos azucarados y las bebidas ácidas, pues son los responsables de la generación de las caries, lo que se complica si, además, existe una pobre higiene bucal. No se trata de eliminar el consumo de azúcar, sino optar por azúcares naturales y de forma limitada. Por su parte, frutas como arándanos, manzanas, zanahorias, etc., ayudan en el control de la placa bucal. Por otro lado, los alimentos a base de lácteos ayudan con el calcio que tanto bien hace a los dientes. En definitiva, para gozar de una buena salud bucal, es necesario combinar hábitos de higiene bucal, una alimentación equilibrada en la que se privilegie las verduras y las frutas, y visitar al odontólogo al menos una vez al año de forma permanente.