Nadie debería dudar de lo importante que es la música para el desarrollo natural de las personas. Es un medio recurrente para expresar sentimientos y desarrollar mecanismos psicológicos que influyan positivamente en la vida cotidiana. Entre los efectos que produce la música, hay que destacar su valor para potenciar la actividad física y la práctica de los deportes
El entrenamiento con música facilita la concentración en las rutinas de ejercicios, hace que el deportista se sienta más motivado y que, por lo tanto, los músculos, los pulmones y el cerebro rindan mucho más. Para la gran mayoría de deportistas, escuchar música durante el entrenamiento es clave.
El tipo de música que se elija tendrá un efecto determinante en el desarrollo y rendimiento de los ejercicios, con la elección de un buen grupo de canciones motivadoras para entrenar, los resultados de la rutina se verán potenciados. En Myprotein se localiza una web que crea las playlist que consiguen llevar a cabo un entrenamiento con mejores resultados. Entra en la web y descubre tu playlist para entrenar y disfrutar de cada sesión todavía más.
Cómo ayuda la música en los entrenos
El que lo ha probado puede dar fe de ello. Cuando, por ejemplo, se practica el running, no solo incrementa el rendimiento, sino también la motivación, con lo que la próxima vez que se salga a correr, la actitud será más positiva y se estará más seguro practicando esta actividad. Una realidad extrapolable a cualquier tipo de entrenamiento.
Las investigaciones realizadas en este sentido han demostrado que la escucha de la música apropiada para realizar ejercicios consigue mejorar el rendimiento hasta en un 15 %, combatiendo con eficacia el estrés y potenciando la productividad. La música, al conectar con el subconsciente de forma directa, provoca que se liberen dos de las hormonas de la felicidad, la dopamina y las endorfinas.
Sus efectos han sido ampliamente estudiados, confirmando que la música no solo exalta los sentidos o relaja la ansiedad, sino que actúa directamente sobre el dolor o la resistencia cuando se trata de forzar el cuerpo con ejercicios físicos. Pero para optimizar los resultados con cada entrenamiento, es muy importante elegir el tipo de música más adecuado.
Se han hecho estudios serios en este sentido, ofreciendo resultados distintos (diferentes estilos de música) para potenciar cada tipo de entrenamiento.
Elegir la música correcta
La música varía y no hay una línea de estilo para todo el mundo. En este caso, como suele ocurrir, las estadísticas informan de las actitudes más comunes, que no tienen por qué ser compartidas por todos. Para empezar, en relación a este interés por escuchar música mientras se trabaja el físico, cabe señalar que es el 80% de las mujeres frente a un 75 % de los hombres las que prefieren entrenar con música antes que en compañía.
Existen, así mismos, grupos de personas que prefieren escuchar bandas concretas, música con la que, ya sea dentro o fuera del gimnasio o de la pista de entrenamiento, sienten placer. Pero, obviando estos casos, y de nuevo basados en informes estadísticos, se puede llevar a cabo una separación de estilos y actividad física.
Para el running
La gran mayoría de practicantes de running prefieren crear listas de temas que lleven un ritmo constante, sin estridencias, el soft rock es el preferido, es decir, con métricas sencillas, el 4×4 como norma general. Este género es ideal para acompañarlo con la respiración.
Para el crossfit
Para este tipo de rutinas en los que se entrena la resistencia, la fuerza física, la potencia, el equilibrio, la flexibilidad, los deportistas requieren de algo más intenso, algo como el rock pesado o la música electrónica de alto calibre.
Para ejercicios aérobicos
Para las clases aeróbicas, en las que es el propio cuerpo la única herramienta utilizada para ejercitarse (o alguna herramienta adicional), como por ejemplo el spinning, el Kangoo Jumps, el step, el zumba, o el pole dance, lo que se necesita es algo más divertido y ligero. El pop mezclado con la electrónica, e incluso con el reggaetón, vienen bien para aliviar tensiones y echar unas risas mientras se salta y se suda.
Los estiramientos
Llegado el momento de estirar los músculos después de cualquier sesión de entrenamiento, lo más aconsejable son los ritmos tranquilos, que relajen y lleven la respiración a un estado de calma. Como la relajación y el estiramiento se deben realizar con la suficiente calma, dándole tiempo y lugar, la música debe retirarse hasta llegar a ser un murmullo de fondo. Deja de cobrar protagonismo, por lo que la música ambiente, new wave e incluso la chill out, pueden llevar con éxito al deportista a esa situación de tranquilidad que requiere después de un duro trabajo.
Lógicamente, en este artículo faltan muchos tipos de entrenamiento y algunos estilos de música ideales para cada uno. En cualquier caso, lo más aconsejable es ir probando para comprobar por uno mismo cuál es la música con la que mejor rendimiento le saca a su esfuerzo físico. Una investigación que, con toda seguridad, será beneficiosa para el cuerpo, el cerebro y abrirá, de paso, el espectro de gustos musicales.