San José, 17 sep (dpa) – El abastecimiento de combustible en la capital y otros puntos de Costa Rica comenzó a reducirse en la noche del domingo debido a una huelga de sindicatos contra un plan impositivo que hoy entró ya en la segunda semana, informaron fuentes oficiales.
Filas de autos, hasta de cien metros, se observaban en las últimas horas en gasolineras de la capital y otras ciudades, debido a la falta de carburantes en las estaciones de servicio.
La situación se complicó por un derrame, por causas aún no establecidas, de varios miles de litros de diesel en una importante carretera que comunica San José con la zona del Pacífico.
Unidades de bomberos enfrentaron entre la noche del domingo y la madrugada de este lunes la emergencia.
La distribución de combustibles se está viendo afectada también por los constantes bloqueos que los huelguistas realizan en carreteras desde que comenzó el movimiento de protesta, el lunes 10 de septiembre.
Además, el Gobierno denunció el viernes un posible sabotaje en el oleoducto por el que la estatal Refinadora Costarricense de Petróleo (RECOPE) traslada combustibles desde la ciudad portuaria de Limón, en el Atlántico, hasta el centro del país.
Los sindicatos de Costa Rica se encuentran en huelga en protesta contra un proyecto impositivo que impulsa el presidente Carlos Alvarado para enfrentar un grave desfase en las finanzas públicas.
El déficit alcanzó el 6,2 por ciento del Producto Interno Bruto en el 2017 y podría superar el 7,0 por ciento del PIB (de unos 80.000 millones de dólares) en 2018 y 2019 si no se adoptan medidas de contingencia, según advierte el Banco Central.
Entre otras medidas, el plan transforma un impuesto de ventas del 13 por ciento en un impuesto al valor agregado, por el mismo monto, pero ampliado a la canasta básica y servicios y rubros hasta ahora exentos.
También impone límites y recortes a pluses y bonos salariales negociados por empleados del sector público en negociaciones colectivas.
La incertidumbre y problemas de transporte entre ciudades provocado por la huelga obligó a una empresa extranjera a suspender el arribo esta semana de un crucero con 3.500 turistas, informó la prensa local.
Los sindicatos decidieron el fin de semana continuar con la paralización tras rechazar una posible mediación de los rectores de las universidades públicas para intentar sentar las bases de un posible diálogo, junto con la participación de la Iglesia Católica.
Los gremios condicionan una eventual conversación con las autoridades de Gobierno, que en dos ocasiones dijo que accedería si se levanta la protesta, a que éste no imponga condiciones.
La huelga afecta especialmente a centros de enseñanza primaria, secundaria y universitaria estatal, hospitales y servicios de salud pública, terminales portuarias en el Atlántico y las operaciones en algunas instituciones de Gobierno.
El Ejecutivo respalda pedidos para declarar ilegal el movimiento tramitados por varias dependencias del Estado.
«Seguimos en pie de lucha», dijo este fin de semana el líder sindical Albino Vargas, en mensajes dirigidos a los huelguistas.
Los gremios insisten en que tal como está diseñado el «paquetazo fiscal», como lo llaman, golpeará a los sectores más vulnerables.
Pese al impacto de la huelga, el Gobierno de Alvarado, que se instaló el pasado 8 de mayo, prosigue su tramitación en el Parlamento.