(dpa) – A pocos minutos a pie del casco antiguo de la ciudad turca de Bodrum, cuna del antiguo historiador Heródoto (aprox. 480-420 a.C.), se celebró en noviembre un taller con estudiosos de ocho países sobre el legado del «padre de la historia» y el «primer turista del mundo».
Se prevé que este taller, que se realizó este año por primera vez, se convierta en un acontecimiento anual, como parte de los esfuerzos por explorar y promover la historia cultural de Bodrum a través de la historia de uno de sus ciudadanos más famosos.
Nacido en el siglo VI a.C. en Halicarnaso, la actual Bodrum, en la costa del mar Egeo turco, Heródoto emprendió a los 30 años un viaje que dio lugar a la primera documentación histórica sobre la vida desde Anatolia hasta Persia y Egipto.
Heródoto fue «el primer y más grande turista no solo de Anatolia, sino del mundo», señaló a dpa el alcalde de Bodrum, Ahmet Aras, haciéndose eco de las palabras del escritor turco Cevat Şakir Kabaağaçlı.
Las obras escritas por Heródoto también transmitían el legado de las antiguas civilizaciones de Anatolia, como Licia o Caria, la antigua región situada al sudoeste de la actual Turquía.
«Nuestro objetivo es promocionar Bodrum en la escena mundial no solo como destino turístico, sino también como centro histórico y cultural», explica Aras, cuya oficina planea construir un centro de investigación que lleve el nombre de Heródoto.
Según Haydar Ali Ulusoy, coordinador del taller, Heródoto tuvo que abandonar su querida ciudad y refugiarse en la isla griega de Samos, al norte, debido a los disturbios políticos internos.
«A partir de entonces, comenzó su periplo como viajero sofisticado que nos inspira hasta el día de hoy. Esperamos afianzar la imagen de ‘Heródoto de Halicarnaso’ en la escena mundial para atraer a más visitantes y estudiosos a Bodrum», agrega Ulusoy.
En los últimos años, Bodrum se ha convertido en un centro de vacaciones de turistas de todo el mundo, entre los que se encuentran también algunos de los más ricos del mundo, como Jeff Bezos y Bill Gates o el ruso Roman Abramovich.
El alcalde señala que la ciudad espera atraer a 1,5 millones de turistas el año que viene y añade que cada vez más ciudadanos europeos muestran interés por visitarla.
Algunos hoteles realizaron una serie de inversiones para poder acoger, por ejemplo, a pensionistas alemanes durante los meses de invierno, añade.
A lo largo de la playa en la bahía de Salmakis, que debe su nombre a una ninfa de la mitología griega, visitantes de Europa y Asia disfrutan de las aguas turquesas en un soleado día de noviembre, con la vista de los superyates de fondo. A lo lejos, se oye el fuerte sonido de la sirena de un gran crucero.
Para los visitantes, en esta época del año también son populares las excursiones a los sitios arqueológicos, como el Mausoleo o la antigua ciudad de Pedasa. En lo alto de una colina se divisan las casas blancas de Bodrum, similares a las de Casablanca.
Mustafa Hamdi Sayar, de la Sociedad Histórica Turca, explica que el evento estaba previsto inicialmente para el año 2020, con motivo del 2.500 aniversario del nacimiento de Heródoto, pero la pandemia de coronavirus obligó a retrasarlo.
Sayer hace hincapié en que la obra del historiador sigue siendo una «fuente primaria» para los investigadores.
«Necesitamos obras científicas y académicas sobre figuras como Heródoto, en lugar de limitarnos a erigir estatuas», afirma el alcalde Aras. «Celebrar su legado es un acto tardío, pero aun así: más vale tarde que nunca», enfatiza.
Por Ergin Hava (dpa)