(dpa) – Una y otra vez se producen graves incendios en establos en los que mueren numerosos animales y muchas veces se producen daños millonarios. Para los bomberos, ese tipo de incendios son un verdadero desafío. Generalmente, porque se trata de edificios grandes, porque la paja y el heno son altamente inflamables, porque suelen ser lugares alejados y porque se ven enfrentados al pánico de los animales. En incendios en grandes establecimientos, incluso, a muchos de ellos.
«Los animales reaccionan de manera diferente al fuego y muestran una conducta de huída distinta», dice Hermann Schreck, vicepresidente de la Asociación Alemana de Bomberos. «En términos generales, los animales no huyen por sí mismos». En el caso de que exista un riesgo grande para los bomberos, por ejemplo ante el peligro de derrumbe, «el jefe de la intervención debe decidir si aún es posible evacuar el establo».
Muchas veces los fuegos en los establos tienen un origen eléctrico, según se desprende de un informe sobre protección contra incendios elaborado por el Instituto de Tecnología de Karlsruhe. También los incendios provocados son muy habituales. A eso se suma, aunque más bien en pocas ocasiones, que el heno puede autoinflamarse. En muchos casos, de todas maneras, no se puede determinar la causa exacta del fuego.
Según el informe, el rescate se organiza de manera diferente de acuerdo a la especie animal. En el caso de aves, esto sólo es posible de manera limitada porque estos animales cuando entran en pánico tienen a formar grupos. En el caso de vacas depende de qué tan acostumbradas estén a dejar el corral. El rescate de cerdos es difícil, entre otras cosas, porque no son animales que huyen y en caso de peligro se esconden instintivamente en su refugio. Los caballos, a su vez, reaccionan de manera impredecible a un fuego. Aunque en esos casos es posible rescatarlos porque son animales que están acostumbrados a abandonar el establo.
Según la Unión Protectora de los Animales de Alemania, en los incendios se pueden producir escenas dramáticas. «Los animales tienen una muerte dolorosa en un incendio, generalmente por intoxicaciones con humo y asfixia y también porque se queman vivos».
La Unión considera que hay déficits en la reacción ante incendios sobre todo en la cría intensiva de animales. «En general los corrales se construyen para un aprovechamiento lo más eficiente posible, pero en relación a la prevención de incendios muchas veces, lamentablemente, no son muy ejemplares».
Por eso reclama que se cambie el modo de pensar: Sólo se puede considerar un rescate exitoso «si existe una detección temprana del incendio, si se trata de una población pequeña de animales y si se dispone de un sistema de cría adecuado».
En Alemania existen diversas reglamentaciones sobre la protección de los animales y ordenanzas sobre las construcciones en relación a la prevención de incendios en establos. Por ejemplo, se recomienda que los edificios se organicen y levanten de tal manera que se evite la generación de un incendio y la propagación del fuego y el humo.
La conocida familia de jinetes alemanes Rothenberger sufrió un grave incendio en su propiedad en Bad Homburg, Hesse, hace medio año. Murieron cinco caballos y varios resultaron heridos, al igual que varios bomberos que intentaron rescatarlos. Veinticinco animales pudieron ser evacuados con vida.
Después de la tragedia, que posiblemente se desató a causa de un problema técnico, Sven Rothenberger, que ahora está reconstruyendo la propiedad, sacó algunas conclusiones. Por ejemplo, en el futuro, el alimento en base a heno no se almacenará en el establo, sino en un depósito separado. Además, destaca la importancia de mantener a los caballos en boxes exteriores. Así es como lo tienen ellos y fue la «suerte en la desgracia». «De lo contrario, hubiéramos podido salvar muchos menos animales».
Por Carolin Eckenfels (dpa)