Moritzburg (Alemania), 15 ago (dpa) – El festival de Moritzburg, que se celebra anualmente en la ciudad homónima al este de Alemania y cuya actual edición inició el pasado 11 de agosto, está dedicado a la música de cámara y fue concebido como refugio de reunión y comunicación.
Las personas necesitan experiencias culturales que puedan compartir juntas, comenta Jan Vogler, director artístico del festival. Muchos caen en el aislamiento por culpa de tanta comunicación electrónica o dejan de disfrutar por el ajetreo de la vida diaria: «Comer juntos, conversar y hacer música o escucharla, eso une», señala el director.
32 jóvenes procedentes de 15 países diferentes fueron finalmente invitados a participar en la academia del festival. Fueron 450 las solicitudes que recibieron los organizadores del evento, lo que demuestra la importancia de la que goza el festival de Moritzburg.
Tras una semana de ensayos, los jóvenes forman la orquesta del festival y, entre otras cosas, hacen un picnic musical en el castillo de Proschwitz.
Los espectadores pueden conocer en esta edición a Dai Fujikura como «Compositor en residencia». Vogler estrenó en enero el concierto de chelo del compositor japonés y quedó impresionado con su música.
El programa de conciertos individuales tiene este año títulos como por ejemplo «Salida del sol», «Cartas íntimas» o «En la corriente». En «Verano escandinavo», el finlandés Olli Mustonen toca con su propio quinteto para piano. En la «Noche Argentina» se sirve una cena mientras suena música de tango.
Según Vogler, la especial combinación de naturaleza idílica y arquitectura histórica resulta inspiradora. El violonchelista fundó el festival en 1993 junto con su hermano Kai Vogler (violín) y Peter Bruns (chelo). Desde 2001, Jan Vogler es el único director artístico.
En pocos años, Moritzburg logró establecerse entre los principales festivales internacionales de música de cámara.
La actual edición del evento se extiende hasta el próximo 26 de agosto.