Redacción deportes, 15 oct (EFE).- El español Feliciano López, con 33 años cumplidos recientemente, vive una nueva etapa en su carrera. Situado en el puesto 14 de la clasificación mundial, el mejor de su carrera, debuta mañana en el torneo de Viena contra el brasileño Thomaz Bellucci, y lo hace diez años después de que en ese mismo certamen ganase el primero de los cuatro títulos que posee.
En una entrevista concedida a EFE, Feliciano asegura que hace años tomó la decisión de cuidarse mejor y eso ha sido clave. También recuerda como perdió contra Roger Federer en aquel Wimbledon en 2003, «el punto de inflexión en la carrera del suizo», que podría acabar este año como número uno sin ganar un solo Grand Slam.
Considera que está cerca del «top ten» pero que eso no le obsesiona, repasa los motivos por los que los jugadores rechazan participar en la Copa Davis, y acusa a la FIT de no hacer nada por remediarlo. Desvela además que su boda, el diecisiete de julio de 2015, puede hacer que alguno de sus invitados tenga que decidirse entre acudir a la convocatoria de la Copa Davis o faltar ese festejo porque ambas fechas coinciden.
P. ¿Cuál es el secreto para que a su edad haya logrado el puesto 14 del mundo?
R. Si me lo hubieran dicho hace años que llegaría este momento, a esta edad y con este ránking hubiera dicho que sería imposible. Ha habido un conjunto de cosas que ha facilitado todo esto. Estoy sano y sin lesiones y jugando mi mejor tenis, y sin lesiones. Hoy en día el tenis es muy duro, no solo por lo largo que es el calendario, sino por la velocidad a la que se juega. Los movimientos son más bruscos que antiguamente, y la gente se lesiona más».
Hace unos años sabía que tenía que mantenerme muy bien para poder alargar mi carrera y desde entonces estoy dando más prioridad al físico. Viajo con un fisio todo el año y me cuido. Cuando era más joven no lo hacia. A ninguno de nosotros se nos olvida jugar al tenis, es un tema más mental y físico. Todo eso es lo que te hace estar ahí con esta edad.
P. Roger Federer le venció a usted en el 2003 en el primer Wimbledon que ganó y ahora él tiene también 33 años, y sigue en la cúspide. ¿Qué le dice todo esto?
R. Era su primer Wimbledon, el punto de inflexión en su carrera porque a partir de ahí comenzó a arrasar y a ganar todo. Recuerdo que aquel partido fue a tres sets pero igualado. Tuve ventaja en el primero y en el segundo, él estaba un poco dolido de la espalda, y llamó al fisio.
Me dice muchas cosas, que los jugadores de más de 30 años estamos aguantando mucho y están jugando a muy buen nivel. La prueba es Federer que con 33 años está número dos del mundo, reciente campeón en Shanghai, y con posibilidades matemáticas de acabar el año como número uno. Detrás de él hay una generación de tenistas como yo que estamos viviendo un momento muy bueno, a pesar de haber pasado los 30 años y se debe a que nos cuidamos más y que hemos tenido suerte de no habernos lesionado. Todo se ha profesionalizado mucho más, nos cuidamos bastante y hacemos las cosas de la forma que hay que hacerlas.
P. ¿Le parece justo que Federer pueda acabar como número uno este año y sin ganar un Grand Slam?
R. Es la eterna pregunta. En los últimos años en el circuito femenino, alguna número uno terminó el año sin ganar un Grand Slam. Al final, el número uno del año es el que ha sido más regular de enero a noviembre, y si Federer acaba ahí será porque se lo merece. Sería muy raro que el que más Grands Slams ha ganado en la historia (17) acabase la temporada sin ganar ninguno. Sería una paradoja interesante. Tiene mucho mérito lo que está haciendo, con su edad, con cuatro hijos, y sobre todo por la motivación de seguir jugando al tenis después de todo lo que ha conseguido y ha ganado.
Sampras ganó el US Open y dijo, hasta luego ahí os quedáis todos. Fue la manera soñada de retirarse. Federer puede estar pensando, a ver si gano un Grand Slam y me retiro, pero es impresionante lo que está haciendo, me parece increíble.
P. Usted está más cerca que nunca del grupo de los diez primeros. ¿Es su objetivo?
R. Se ve más cerca y es una oportunidad bonita pero cada vez cuesta más subir. Me ha costado mucho llegar al 14 y mirando hacia arriba son muchos puntos los que faltan si quiero llegar al «top ten». Pero es una oportunidad que tengo ahora de alcanzarlo, porque estoy en la mejor posición que he estado nunca.
Ojalá que en los tres torneos que me quedan este año pueda jugar bien, y acabar la temporada lo mejor posible. Y empezar el año lo más fuerte posible hasta la gira de hierba, que es donde empiezo a defender puntos, y poder lograr esa meta. Tengo un margen para poder sumar pero tampoco me obsesiona. Debido a las circunstancias que se han dado y como voy a terminar este año, tendré una bonita oportunidad el año que viene. Pero no me he planteado como meta a corto plazo ser «top ten». Es un reto muy bonito, pero cuesta mucho subir ahora.
P. La Copa Davis sigue siendo un problema para los jugadores. ¿Qué hay que hacer para motivarlos?
R. El tenis es un deporte individual y cada uno tiene que mirar por sus propios intereses. Yo soy de los que opina que en algunos momentos de tu carrera hay que jugarla incluso por encima de tus intereses personales. Yo lo he hecho y en más de una ocasión. Pero llega un momento que tienes que poner prioridades y ahora mismo no es una prioridad para mi, como creo que tampoco lo es para algunos de mis compañeros.
En mi caso no puedo sacrificarme tres o cuatro semanas más al año porque el físico no da para más, y si quiero conseguir otras cosas, mantenerme arriba y seguir, no puedo castigarme demasiado.
Cuando uno es joven, la Copa Davis debe ser una prioridad como ha sido para mí. Tiene que ser una cosa natural. Cuando a mi me llamaban iba y si hacia falta pagando yo de mi bolsillo. Yo me he ido a jugar a Perú un doble en febrero, sabiendo que me perjudicaba en mi calendario.
Hay que ser agradecido también. Cuando yo era joven la Federación hizo mucho por mi y me dio la posibilidad de ir a Barcelona con todo pagado y entrenarme con los mejores jugadores del momento, una oportunidad increíble, y les estoy eternamente agradecido, y la mejor manera de devolvérselo es jugar la Copa Davis muchos años. Con mi compromiso y mi esfuerzo les he devuelto todo lo que hicieron por mi cuando era joven. No hay que olvidarse de quien te ha ayudado.
Algo está pasando y la Federación Internacional (FIT) es la culpable de ello, porque se le ha pedido que se adecúe a la realidad del tenis y no están por la labor de hacer ningún cambio.
Se ha pedido jugar cada dos años, que el campeón este exento en primera ronda. Y la FIT no está dispuesta a hacer nada, porque es un gran negocio para ellos. Se amparan que llega a todos los países, etc etc, el discurso de siempre. En el Grupo Mundial hay que hacer cambios.
P. ¿El problema es entonces la Federación Internacional?
R. La FIT está anclada y no quiere hacer cambios, no está por la labor de hacer nada. Lo único que se puede hacer es que las Federaciones intenten motivar e incentivar a los jugadores para que jueguen, pero es injusto que la FIT no intente hacer nada para que sea más exitosa, porque el dinero que reparte en el Grupo Mundial, comparando como está el circuito, es una vergüenza. La gente podrá pensar que como pueden decir esto estos chicos con lo que esta cayendo. Pero la Copa Davis está dentro de un circuito donde se gana muchísimo más dinero.
Esta claro que si juegas por tu país no hay que jugar por dinero, pero aún sabiendo que vas a jugar por mucho menos dinero del que hay en los torneos, la FIT no ha hecho ningún esfuerzo, y tienen posibilidades de hacerlo porque tiene unos patrocinadores muy fuertes. Llevo jugando doce años, y desde el primer año a día de hoy, no han subido nada los premios.
P. ¿Qué parte de culpa tiene en su éxito su pareja Alba Carrillo?
R. En la vida te llegan las cosas en un momento concreto y en este, a mi me ha llegado una persona que es también parte de mis éxitos, y gracias a la estabilidad y la tranquilidad que me da Alba, esto se ve reflejado en la pista. Al final, como dice «Pepo» (su entrenador) la pista es un reflejo de la vida, y es verdad. Muchas veces en la pista uno refleja lo feliz que es uno en su vida personal, y eso me ayuda a afrontar los partidos con más tranquilidad, etc, etc. Es algo lógico.
P. Han anunciado su boda, pero coincide con las fechas de la eliminatoria por el regreso al Grupo Mundial. ¿Faltará alguien?
R. Es un día muy bonito, he encontrado a la persona idónea y tenía muchas ganas de dar ese paso con ella, y hemos decidido que sea el año que viene en julio, el día 17, y tengo muchas ganas de que llegue ese día y poder compartirlo con mis compañeros de profesión y mis amigos.
Pero parece que todo está escrito en el destino para que se de todo en contra. Este verano cuando nos decidimos, estuve buscando sitio e iglesia y en Toledo, y en verano no era fácil. Conseguimos el 11 y el 17, pero el once era muy precipitado, y dijimos mejor el 17 cuando acabe Wimbledon, sin saber por supuesto, que había Copa Davis en julio, porque la segunda ronda siempre se juega en abril, pero al bajar España de categoría y al cambiar fechas el año que viene se juega después de Wimbledon. Ha sido una coincidencia, una casualidad, pero tampoco tengo que pensar en eso.
Hay mucha gente que a lo mejor puede verse implicada (en la convocatoria y la boda) pero lo primero es lo primero y si algún compañero tiene que perderse mi boda por defender a España, qué se le va a hacer…
P. Nadal ha anunciado que intentará jugar hasta después del Masters a pesar de su episodio de apendicitis. ¿Usted lo haría?
R. No soy médico pero en China le vi bastante bien, dentro de lo que había. Cuando te dicen que tienes apendicitis te das un susto muy grande. Pero parece que lo tiene muy controlado, que los antibióticos le han hecho efecto, y está bastante bien. Jugó el partido y volvió a España y no se qué le han dicho los médicos. Para mi la salud va por delante de todo y no condicionaría eso a jugar uno, dos o tres torneos que quedan. Pero si lo tiene controlado y los médicos le aseguran que puede jugar a tope sin ningún problema y que luego se puede operar, yo lo haría.
Miguel Luengo