Numerosos analistas militares están alertando de que China estaría a punto de hacerse con el liderazgo espacial, por delante de los Estados Unidos. Las cifras evidencian que la carrera espacial China se encuentra en fase de expansión, tanto en cantidad como en calidad tecnológica.
Así lo ha confirmado Gordon G. Chang, autor de The Coming Collapse of China [El próximo colapso de China].
Chang confirma que a partir del próximo mes de marzo, China lanzará satélites con una frecuencia prácticamente semanal, llegando a mantener intervalos de lanzamiento de tan solo cinco días. Hasta septiembre China había lanzado un total de 29 satélites, superando a Estados Unidos, que lanzó 27.
Preocupa entre loa analistas la situación electoral que vive EE.UU y cómo afrontará este problema Joe Biden si finalmente es vencedor de las elecciones presidenciales. En todo caso, se apunta a que gane quien gane, la política en este sentido no cambiará sustancialmente ya que la política norteamericana pasa en este momento por un periodo de estabilización económica para superar el caótico lastre de la pandemia del coronavirus.
La Fuerza Espacial es la sexta rama del Ejército estadounidense, y su verdadera misión es la de librar –y ganar- guerras en el espacio, pero hoy por hoy todos los analistas coinciden al expresar que los americanos “están en otras cosas”, y hay quien piensa que ese presupuesto podría acabar finalmente dedicado a otros temas como pudiera ser el asunto del cambio climático.
En todo caso EE.UU gestiona 1.425 de los 2.787 que están en órbita ahora mismo según la Base de Datos Satelital de la Unión de Científicos. Una gran ventaja, pero «China lleva trabajando duro por la militarización del espacio desde la puesta en marcha de su Programa 863, en 1986», afirma Rick Fisher, del Centro Internacional de Evaluación y Estrategia, con sede en Virginia. Al Programa 863 le siguió en 1992 el Proyecto 921, dirigido por el Departamento de Armamento General de la Comisión Militar Central.
Acechadores espaciales
Otro gran problema para EE.UU es el de los ‘acechadores’ espaciales rusos. En tiempos de paz, pueden utilizarse para la reparación de satélites. Pero en caso de guerra pueden sacar físicamente de sus órbitas a los satélites norteamericanos. Esto dejaría a las fuerzas estadounidenses, y a los propios Estados Unidos, «sordas, mudas y ciegas en tierra, mar y aire y en el ciberespacio».