(dpa) – El teléfono móvil no es fácil de controlar. No sólo las páginas web husmean constantemente qué otras páginas se visitaron: también las apps recolectan alegremente datos del usuario. Lo peor es que muchas de estas aplicaciones no son deseadas ni se pueden desinstalar.
¿Por qué esto es así? Porque las empresas ganan dinero con los datos de uso de los navegantes de Internet y los dueños de teléfonos inteligentes. «Algunas las usan para su propio desarrollo, otras empresas los ofrecen para la venta y otras las usan para mejorar la experiencia del usuario», explica Benjamin Lucks del portal de tecnología alemán «Netzwelt.de».
«En este último caso, adecúan los resultados de la búsqueda y las publicidades a los intereses de cada usuario», señala.
El negocio de los datos es para muchas empresas su única fuente de ingresos. En tanto, los usuarios ya están acostumbrados a poder usar servicios de forma gratuita, según indica Martin Gobbin de la organización y fundación de consumidores alemanes Stiftung Warentest.
«La publicidad personalizada financia muchos servicios web sin costo», asegura.
COOKIES Y OTROS INSTRUMENTOS DE TRACKING
Para las empresas, la forma más simple de reunir datos a través de la navegación móvil es con los cookies del navegador. «Los cookies son informaciones pequeñas enviadas por un sitio web y almacenadas en el navegador del usuario que ayudan al operador de la web a reconocer al usuario», explica Jo Bager de la revista de tecnología «c’t».
No permitir los cookies en el teléfono móvil o borrarlos a diario son algunas de las posibilidades para limitar la mayor parte de la publicidad personalizada en las páginas web. Otros sistemas de tracking, como el tracking de IP o el fingerprinting, no son tan fáciles de evitar, ni siquiera, afirma Gobbin, navegando en modo anónimo o privado.
Sin embargo, hay navegadores que evitan no sólo la publicidad no deseada sino también muchos tipos de tracking. «En Android y en iOS hay navegadores gratis con bloqueadores de publicidad, como por ejemplo Brave Browser», dice Jo Bager. También el Firefox bloquea usualmente a miles de trackers.
NAVEGADORES Y APPS CONTRA EL TRACKING
En la versión Android de Firefox, al menos, se pueden instalar desde el navegador del ordenador extensiones conocidas como Privacy Badger o Ublock Origin, que evitan el tracking. Sin embargo, en el Firefox para iPs no se pueden instalar add-ons o extensiones.
¿Pero qué pasa con el control del tráfico de datos de las apps que se instalaron o que están preinstaladas? Muchas tienen varios módulos de tracking de redes publicitarias que reúnen y transmiten datos de usuarios y sus consumos. En estos casos sirven apps como Blokada, que vigilan el tráfico de datos entre el teléfono e Internet.
Blokada bloquea la comunicación con los servidores del tracking mediante listas de filtros preestablecidas. Esto significa que, en principio, los datos no abandonan siquiera el aparato. Las usuarios también pueden colocar manualmente direcciones de servidores en una lista negra o blacklist.
FILTRAR TODO EL TRÁFICO DE DATOS
La versión completa de Blokada no se encuentra en el Google Play Store, sino en el confiable F-Droid-Store. Este incluye sólo aplicaciones verificadas de fuente abierta y debe ser instalado primero como app.
Blokada funciona de esta manera: todo el tráfico de datos es derivado localmente al aparato, enviado por una conexión de red virtual (VPN) a la app y evaluado. Al igual que un firewall, la aplicación decide qué datos pueden pasar y cuáles no.
Algunas opciones de firewall para evitar el tracking son por ejemplo la app Netguard, con la que los usuarios pueden bloquear todo el tráfico de datos de apps.
Hace poco, también hay en la App Store para iPhone & cía apps de firewall para iOS que trabajan al igual que Blokada con un VPN local. Una de ellas es la app de fuente abierta Lockdown. Otro paralelo con Blokada: para mayor privacidad, en Lockdown se puede adquirir por una suma un servicio «clásico» de VPN.
UN TÚNEL DE MAYOR PRIVACIDAD
En el VPN clásico, todo el tráfico de datos propio de Internet pasa como si fuera por un túnel hasta el servidor del prestador de VPN. De esta forma, se ocultan la dirección IP y con ello la conexión a Internet así como la ubicación geográfica. Terceros tampoco pueden ver qué páginas se abren o registrar el tráfico de datos.
«En el caso de los proveedores de servicios de VPN existe el problema de que los clientes deben confiar en que el proveedor no usará sus datos», dice Martin Gobbin. Recomienda, sin embargo, tener cuidado con los que los ofrecen gratis.
Es importante saber, sin embargo, que los servicios clásicos de VPN no protegen de los cookies y otras tecnologías de tracking, y mucho menos de la recolección de datos en redes sociales u otros servicios en los que hay que registrarse.
Por Julia Froolyks (dpa)