Sydney, 19 oct (dpa) – Sentados descalzos y con guirnaldas de colores, el príncipe Harry y la duquesa Meghan participaron hoy en la popular Bondi Beach de Sydney en el acto de una organización que ayuda a personas con problemas mentales, en el marco de su gira por el Pacífico.
Con un telón de fondo de surferos tomando olas, la joven pareja real, que espera su primer hijo para la próxima primavera (boreal), participó en la sesión «Fluoro Friday» que organiza el grupo One Wave (una ola), en la que la gente se viste de llamativos colores y acude a compartir experiencias sobre problemas de salud mental.
El cielo cubierto y la niebla matutita no impidió que cientos de personas se acercaran a saludar a los duques de Sussex e incluso muchos estudiantes se saltaron las primeras horas de clase para verlos.
Harry, de 34 años, y Meghan, de 37, se pusieron coloridas guirnaldas y se sentaron junto a los surferos con los que mantuvieron una larga charla, en el marco de su círculo semanal para conjurar las malas vibraciones, uniéndose también a un abrazo en el círculo de los surferos.
La organización One Wave, que anima a la gente a entrar en el océano, surfear y hablar sobre depresión y ansiedad, regaló una tabla de surf a la pareja real británica.
Sin embargo, Harry echó por tierra las esperanzas de los medios, que esperaban verlo desnudándose y entrando al océano. El príncipe permaneció seco con su camisa azul y chinos color caqui.
Meghan vestía un vestido blanco y negro del diseñador de Melbourne Martin Grant con los hombros al descubierto y el pelo recogido en una cola de caballo.
La pareja estrechó muchas manos de los locales que se alinearon en la playa.
Harry y Meghan se encuentran en su primera gira por el Pacífico desde su boda. Además de Australia visitarán las islas Fiyi, Tonga y Nueva Zelanda.
Tras Bondi Beach, visitaron también una escuela, aunque antes Meghan se cambió de ropa para ponerse un vestido sin mangas azul claro de la diseñadora Roksanda Ilincic y se soltó el pelo.
Después, la duquesa, que se calcula está en su semana 12 de embarazo, se tomó una pausa de sus deberes oficiales mientras el príncipe Harry subía al puente del puerto de Sydney con el primer ministro, Scott Morrison, para desplegar la bandera de los Invictus Games, una competición para ex combatientes con discapacidad y heridos de guerra.
Por Frank Walker (dpa)