El Parque Nacional de Picos de Europa organiza mañana una jornada para presentar los resultados del proyecto de investigación Geocave, que se celebrará en el centro de interpretación del parque Casa Dago, en Cangas en Onís, a partir de las 11:00 horas. Al acto asistirán, entre otros, el director general de Recursos Naturales, Manuel Calvo, y el director de la parte asturiana del parque, Rodrigo Robledano.
Montserrat Jiménez Sánchez, profesora titular de la Universidad de Oviedo, y el investigador Daniel Ballesteros, serán los encargados de dar a conocer los resultados del trabajo Caracterización geomorfológica y geocronológica de cavidades kársticas en el Parque Nacional de Picos de Europa (Geocave). El estudio, realizado entre 2012 y 2016, ha sido financiado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales y el Ministerio de Agricultura, Alimentación, Pesca y Medio Ambiente.
La finalidad de esta iniciativa es la puesta en valor del patrimonio geológico vinculado a las cuevas, uno de los rasgos más singulares del Parque Nacional de los Picos de Europa, que apenas era conocido desde el punto de vista científico. Para ello se estudiaron dos cuevas profundas del entorno de los lagos de Covadonga, en la vertiente asturiana del macizo occidental. En ellas se aplicó una metodología de trabajo multidisciplinar e innovadora, adaptada a la complejidad del medio subterráneo de Picos. Este sistema incluyó la elaboración de mapas geomorfológicos subterráneos, la creación de modelos tridimensionales de las cuevas, el análisis de la estructura geológica y la realización de dataciones por los métodos de desintegración radiométrica del uranio-torio y de luminiscencia óptica estimulada (OSL).
El estudio permitió situar el origen de las cuevas del parque entre 1 y 4 millones de años de antigüedad. Su evolución estuvo condicionada por la compleja estructura geológica de los Picos de Europa y la formación de la garganta del río Cares. Así, desde hace varios millones de años, este caudal fue encajándose en el relieve y provocando el descenso progresivo de los niveles de aguas subterráneas, lo que, a su vez, permitió el desarrollo de simas cada vez más profundas.
Entre 225.000 y 145.000 años atrás, las cuevas fueron rellenadas por espeleotemas y sedimentos de ríos subterráneos. Estos sedimentos se formaron por la erosión de las areniscas que en el pasado cubrieron las calizas del parque. La mayor parte del relleno sedimentario de las cuevas se erosionó hace entre 125.000 y 45.000 años, permitiendo que las cavidades puedan ser exploradas actualmente por los equipos espeleológicos. Paralelamente, los glaciares cuaternarios condicionaron la aparición de sedimentos en el interior de las cuevas, similares a las varvas típicas de lagos glaciares, de gran interés en los estudios paleoclimáticos.
El trabajo ha permitido generar por primera vez una base de datos cartográfica y científica de las cuevas del parque, así como un catálogo de formas de su mundo subterráneo. Esta información refuerza el papel del medio kárstico del subsuelo en el conjunto del patrimonio natural del parque y puede ser directamente aplicable a la gestión y conservación del espacio protegido.
El equipo de investigación ha estado formado también por los profesores Joaquín García Sansegundo y María José Domínguez Cuesta; la investigadora Laura Rodríguez-Rodríguez y la geóloga Belén Naves, todos ellos miembros del Grupo de Investigación GeoQuo de la Universidad de Oviedo. También han participado el científico titular del CSIC, Santiago Giralt (Instituto de Ciencias de las Tierra Jaume Almera, de Barcelona), y la jefa de Unidad del Instituto Geológico y Minero de España en Oviedo, Mónica Meléndez.