A estas alturas, es hora de echar la vista atrás a este caótico año y darle la vuelta pensando en cómo se quiere no solo arrancar sino avanzar con paso firme en el 2021, un año en el que deberemos formarnos, reciclarnos y adaptarnos a las nuevas necesidades laborales y personales.
Por lo que se intuye, será un año en el que aún la vida social quedará un tanto aparcada hasta que la normalidad vaya llegando según la vacuna vaya inmunizando a un porcentaje considerable de la población, por lo que nada como plantearse varios propósitos basándose en el crecimiento personal.
Tres claves para que sean reales
Lo primero al plantearse un propósito es hacer que sea posible convertirlo en realidad. De nada sirven utopías como este año voy a ser millonario si ya no está en marcha un emprendimiento que, desde luego, sorprenda al mundo. Cosa poco probable en un alto porcentaje de los casos.
En segundo lugar, hay que buscar objetivos para que los propósitos no caigan en saco roto. Por ejemplo, si se trata de mejorar en alguna disciplina, se buscará un curso que permita que los avances sean notables.
En el caso del idioma, por ejemplo, se debe partir de la premisa del nivel actual.
Si el objetivo, una vez superados los niveles de idioma habituales, es la Preparación GRE (Graduate Record Examination) o la Preparación GMAT (Graduate Management Admission Test) pueden ser una buena opción si se busca abrir las puertas laborales también a otros continentes.
En el primer caso, se trata de un examen que permite, mediante las pruebas escritas en el idioma, acceder una vez aprobado a formación en las escuelas de postgrado de Estados Unidos, lo que sin duda puede conseguir que el currículum se diferencie del resto gracias a la experiencia tras cursar en algunas de las escuelas, por ejemplo, de negocios, más importantes del mundo, objetivo que también se conseguiría consiguiendo pasar el GMAT.
En ambos casos, no se trata de nivel de inglés sino de aplicación del mismo a través de una serie de habilidades de escritura no solo analítica, sino también una capacidad matemática y de razonamiento que casi roce el nivel de inglés de un nativo.
“Son cursos que abren las puertas a una formación a la que pocos pueden acceder, precisamente, por los requisitos de idioma que exigen. Solo ello avala a los candidatos en cualquier entrevista de trabajo, pero, además, les abre un abanico de posibilidades formativas que permitiría que fueran candidatos con trabajo casi seguro al completar sus estudios en este tipo de escuelas de negocios, MBA y finanzas” explican desde las academias que se dedican a su preparación.
En tercer lugar, la motivación juega un papel imprescindible. Es vital conseguir que la ilusión por los objetivos impuestos no decaiga ante el esfuerzo. Se trata de una inversión en uno mismo, en conseguir que, pese al esfuerzo de un tiempo concreto y delimitado de tiempo en la vida, el futuro pinte mejor. Y eso, en este 2021 debe ser la base de todo.