Nueva York, 20 sep (dpa) – El juicio contra Joaquín «El Chapo» Guzmán no se aplazará por tercera vez: el juez federal de Nueva York que lleva el caso del narco mexicano decretó hoy que el inicio se mantenga el 5 de noviembre, rechazando la petición de uno de los abogados de la defensa.
«Nunca va a estar tan preparado como quisiera estar», dijo el juez Brian Cogan al letrado Jeffrey Lichtman, quien, a las puertas del arranque del proceso, se ha incorporado al equipo de defensa del presunto ex jefe del cártel de Sinaloa.
Lichtman, conocido sobre todo por haber evitado la cárcel al mafioso neoyorquino John A. Gotti con un juicio nulo, pasa a compartir protagonismo con Eduardo Balarezo, el abogado que desde hace un año lidera la defensa del narco.
El nuevo letrado pidió hoy al juez Cogan un retraso de dos meses, hasta enero, que hubiera sido el tercero.
La primera fecha que fijó el magistrado fue el 16 de abril de este año. Ante sendas peticiones de Balarezo por la ingente cantidad de documentos recibidos por la fiscalía, Cogan movió el inicio del juicio primero al 5 de septiembre y, después, al 5 de noviembre.
«Vamos a estar listos», dijo Balarezo a la prensa tras la vista oral preparatoria de hoy en la Corte Federal del Distrito Este de Nueva York, sita en el barrio de Brooklyn.
El proceso comenzará con la selección de los miembros del jurado que debe decidir sobre la culpabilidad o inocencia de «El Chapo» en los 17 cargos que pesan sobre él y se estima que durará unos cuatro meses.
Como en cada una de la vistas orales preparatorias de su juicio, Guzmán -hoy con camiseta negra de la cárcel de alta seguridad de Manhattan en la que espera el arranque del proceso- compareció en la corte fuertemente custodiado por agentes federales.
Pasó gran parte del tiempo mirando a los bancos del público, donde, como siempre, se encontraba su mujer, la ex reina de la belleza Emma Coronel, de 29 años. Vestida con una larga blusa blanca, por segunda vez consecutiva acudió a la corte sin las hijas gemelas de siete años que tiene con el narco.
Tanto miraba hoy «El Chapo» hacia ella que el juez Cogan le llamó la atención para que le hiciera caso cuando comenzó a explicarle la consecuencias que tendrá para su defensa la incorporación de Lichtman al equipo defensor.
El letrado representó o tuvo contacto en el pasado con cuatro narcotraficantes que pueden ser llamados por la fiscalía como testigos durante el juicio a «El Chapo».
Ante este conflicto de intereses, el juez decretó que Lichtman no podrá interrogarlos durante el proceso -lo tendrán que hacer Balarezo y/o los otros dos abogados del equipo- y que tendrá que abstenerse de entregar información sobre ellos a «El Chapo». «Lo esperábamos», dijo el abogado a la prensa.
Más allá, el magistrado no vio mayor inconveniente en que el letrado represente a «El Chapo» junto al resto de los abogados que ya tiene. «Bienvenido a bordo», le dijo.
La incorporación de Lichtman ha presentado problemas desde el principio.
El abogado anunció su entrada en el caso hace un año, pero no llegó a cumplirla ante la negativa de la fiscalía a garantizar que no buscaría incautar el que recibiría si sospechaba que era del narcotráfico. Sí entró entonces Balarezo, relevando a los dos abogados de oficio que hasta entonces había tenido «El Chapo».
El proceso al sexagenario Guzmán, extraditado por México en enero de 2017, está llamado a ser uno de los más mediáticos por narcotráfico de las últimas décadas en Estados Unidos. «Es una figura mítica ya», dijo hoy Lichtman. «Lo están tratando como si fuera el único narcotraficante en el mundo».
El único no es, pero sí llegó a estar considerado el más poderoso del mundo, por encima incluso de lo que fue en su día el colombiano Pablo Escobar. Chicago lo declaró enemigo público número 1 como a Al Capone.
Estados Unidos le acusa de introducir toneladas de droga en el país al frente de lo que el Departamento del Tesoro calificó como un «imperio criminal» de tráfico de cocaína, marihuana, heroína y metanfetaminas.
Bastaría que fuera declarado culpable en solo uno de los cargos contra él para que pueda ser condenado a cadena perpetua. La exclusión de la pena capital fue condición de México para extraditarlo.
Por Sara Barderas y Johannes Schmitt-Tegge (dpa)