Caracas, 16 ago (dpa) – Cientos de policías con equipos antimotines impidieron hoy una marcha de trabajadores del sector de la salud que intentaba llegar a la casa del Gobierno venezolano para exigir mejores salarios con que enfrentar la espiral hiperinflacionaria que azota al país, así como mayores medios para los hospitales.
La manifestación partió del hospital de niños J.M. De los Ríos, en el centro de Caracas, pero solo avanzó unos metros en la ruta hacia la casa de Gobierno de Miraflores, ya que una muralla de agentes impidió el paso, con una primera línea conformada por mujeres policías.
La marcha fue organizada en el día número 54 de una huelga iniciada por el gremio de enfermeras para exigir un aumento considerable de salarios, a la cual se sumaron otros trabajadores de la salud.
A la manifestación se sumaron médicos con sus batas blancas y enfermeras de otros hospitales públicos, algunos de los cuales llegaron caminando tras denunciar que fueron retenidos por policías en el hospital Vargas, a varios cuadras de distancia.
Los representantes gremiales intentaron convencer a los uniformados para que permitieran el paso, pero sus argumentos fueron ignorados.
El dirigente sindical del sector de la salud, Pablo Zambrano, dijo que hace una semana se reunieron con el ministro de Salud, Carlos Alvarado, quien alegó que no tenía autoridad para negociar un aumento salarial.
«Nosotros no buscamos el poder, solo buscamos soluciones. Si el ministro dice que no tiene autoridad, nosotros vamos a ir a hablar con quien la tiene. Necesitamos soluciones porque vamos a seguir en la calle», aseveró.
Agregó que la protesta no es solo por mejores salarios sino que busca enfrentar la crisis que sufren los hospitales del país con la escasa dotación de insumos médicos para la atención de los pacientes.
Zambrano señaló que los salarios en el sector son de «hambre», pues la mayoría tiene un ingreso mensual de 3.000.000 de bolívares, poco más de medio dólar al cambio en el mercado negro, que es el salario mínimo nacional.
Agregó que la aspiración del sector es alcanzar al menos 200 salarios mínimos que llevaría el ingreso a 600 millones de bolívares (unos 120 dólares negros), que es el costo de la canasta básica sometida al embate de la hiperinflación.
El Gobierno envió a un funcionario a conversar con los líderes sindicales con la propuesta de fijar nuevas reuniones.
El médico y activista de derechos humanos Carlos Prosperi señaló que la protesta busca un salario digno para enfrentar la inflación e insumos hospitalarios para atender los pacientes.
«Nos mantendremos en la calle hasta que haya un cambio en el sistema de salud. Nuestro salario no alcanza ni para comprar un cartón de huevos (paquete de 30 unidades). Pedimos salarios dignos y que se doten los hospitales», recalcó.
Alertó que el suministro de los hospitales tiene un déficit de más de 90 por ciento.