En los últimos años, la demanda de metales reciclados ha crecido de forma exponencial. Cada vez más personas son conscientes de las grandes ventajas de comprar aluminio reciclado o de reutilizar otros como el acero, el cobre, el bronce o el latón.
Para hacernos una idea de lo vital que es para el medio ambiente reutilizar estos materiales solo tenemos que fijarnos en todo lo que se consume para fabricar por ejemplo un coche. Para uno de tamaño medio se requieren aproximadamente 800 kilos de acero y 130 kilos de metales no ferrosos. De ahí la importancia del reciclaje de los metales. Al reciclar chatarra, se reduce de forma significativa la contaminación del agua, del aire y los desechos de la minería hasta en un 70% por ciento. Por otro lado, con el aluminio reciclado reducimos en un 95% la contaminación del aire, ahorramos un 90% de la energía que se consume en su tratamiento y contribuimos a una menor utilización de la energía eléctrica. El aluminio reciclado se puede usar para fabricar todo tipo de utensilios. Desde instrumentos musicales, motores o aviones hasta automóviles, bicicletas y latas de bebidas. En comparación con el reciclaje de papel, el de metal es ilimitado. Es decir, se puede reutilizar tantas veces como sea necesario.
Principales beneficios del reciclaje del metal
- Reducción del impacto ambiental derivado de la extracción de materias primas.
- El proceso de recuperación del aluminio de las latas usadas es menos contaminante y nocivo que la producción de metal nuevo.
En lo referente a las latas, al estar fabricadas con hierro, zinc, hojalata y aluminio, suponen un auténtico problema si solo se les da un uso. El aluminio se fabrica a partir de la bauxita. Es un recurso no renovable para cuya extracción se destrozan miles de kilómetros cuadrados de selva amazónica y otros espacios vitales del planeta. De hecho, la producción de aluminio es uno de los procesos industriales más contaminantes. Para obtener una tonelada hacen falta 15.000kw/h. Como consecuencia, se producen cinco toneladas de residuos minerales y se emite gran cantidad de dióxido de azufre, fluoramina y vapores de alquitrán a la atmósfera, algo directamente relacionado con la lluvia ácida. Si estos residuos no se desechan correctamente, contaminan las aguas superficiales y residuales por los aditivos y metales pesados que contiene el aluminio. Además, si se incineran, contribuyen a la contaminación de la atmósfera. Por eso, la mejor vía para evitar todo lo anterior es el reciclaje.
En resumen, el aumento de los residuos sólidos urbanos (RSU) y el impacto medio ambiental que provocan hace necesario que se pongan en marcha programas de concienciación sobre la importancia de disminuir la contaminación en general y el consumo de energía. Esto supone utilizar menos combustibles fósiles para generar menos CO2. En la industria del metal, el beneficio no es solo ambiental y social, sino también económico. La razón es que se reduce el gasto de energía necesaria para la fabricación de nuevos envases. De hecho, en los últimos tiempos han aparecido punteros sistemas de de trituración de metal para facilitar la tarea.