Managua, 21 jun (dpa) – La Policía de Nicaragua se comprometió hoy a establecer un cese del fuego en la ciudad de Masaya y a liberar mañana a 64 detenidos, tras una reunión con el nuncio apostólico Waldemar Sommertag y en vísperas de una sesión del Consejo Permanente de la OEA para examinar la crisis de derechos humanos en el país.
Así lo anunció el cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la Conferencia Episcopal de Nicaragua (CEN), quien acompañó al enviado del papa Francisco en una reunión con el comisionado Ramón Avellán, jefe de Policía de Masaya.
“Él (Avellán) nos dijo que iba a hacer el llamado para suspender todo hostigamiento que se estuviera dando”, indicó el cardenal en declaraciones a periodistas en la catedral de Masaya, 25 kilómetros al oriente de Managua. “Esperemos que cumpla”, agregó.
En los últimos tres días policías y paramilitares han disuelto retenes y barricadas de manifestantes que protestan contra el Gobierno de Daniel Ortega en Masaya, provocando al menos seis muertos y varias decenas de heridos.
En la cita participó también Alvaro Leiva, director de la no gubernamental Asociación Nicaragüense Pro Derechos Humanos (ANPDH), que según dijo mañana recibirá a las 64 personas detenidas en Masaya y localidades cercanas.
“En este momento hay un cese al fuego que debe ser refrendado y cumplido por la entidad policial. Lo importante es que mañana empezamos a vaciar todas las cárceles», afirmó Leiva.
El cardenal destacó que este acuerdo se logra en vísperas de la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA en Washington, donde la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) presentará el informe final de su reciente visita a Nicaragua.
En su opinión, el estudio de la CIDH, que el martes 26 enviará una misión a Managua, permitirá reanudar el diálogo entre Gobierno y opositores la próxima semana. Será “un material que nos va a servir para el trabajo” en la mesa de negociaciones, añadió.
El informe preliminar de la CIDH hablaba de «graves violaciones de derechos humanos» y censuraba «el uso excesivo de la fuerza por parte de cuerpos de seguridad del Estado y de terceros armados». También llamó a Ortega a «cesar de inmediato la represión a los manifestantes y la detención arbitraria de quienes participan de las protestas».
La crisis en Nicaragua comenzó el 18 de abril con una protesta de estudiantes, que se agudizó tras la violenta acción de las fuerzas del Gobierno. Hasta hoy se contabilizan al menos 215 muertos y unos 1.500 heridos, según la ANPDH. La Comisión de la Verdad creada por el Parlamento registra 173 fallecidos.
El sacerdote polaco Sommertag, que esta semana asumió la Nunciatura Apostólica, acompañó a los obispos de la CEN a Masaya esta mañana, con la idea de frenar a unos 400 a 600 policías y paramilitares listos para ingresar en el barrio indígena de Monimbó.
Junto a los religiosos viajaron también líderes estudiantiles, empresarios, representantes gremiales y campesinos que integran la opositora Alianza Cívica, creada a raíz de las protestas.
La caravana de vehículos fue recibida por miles de personas que les aplaudían y ondeaban banderas de Nicaragua. Muchos lloraban y se arrodillaban al paso de los obispos, mientras otros levantaban en alto los retratos de jóvenes muertos en enfrentamientos.
En medio de cantos religiosos y el himno de Nicaragua, Sommertag y los obispos recorrieron en procesión varias cuadras de la ciudad, sin que se registraran incidentes. «Esperamos que no van a suceder más las cosas feas que rechazamos», afirmó el nuncio.
En tanto, la vicepresidenta y primera dama, Rosario Murillo, confirmó a medios oficiales un incendio parcial ejecutado por desconocidos en la empresa estadounidense Cargill, también en Masaya, y aclaró que no hubo daños severos ni víctimas.
La vicepresidenta atribuyó el conflicto que enfrenta Ortega a “la ira del diablo dirigida a Nicaragua (y a) todo espíritu del mal que ha sido enviado a destruir» el país.
Mientras, en Nueva York, la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, consideró «un paso necesario» la invitación del Gobierno nicaragüense al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos e instó a garantizar el «pleno acceso».
Forzado por las presiones de la oposición en el diálogo, Ortega también cursó invitaciones a la CIDH, que visitó el país en mayo, y a la Unión Europea (UE) para que investiguen la violencia.
En tanto, desde México, Amnistía Internacional (AI) advirtió que la violencia y la «represión estatal» se han incrementado en Nicaragua pese al proceso de diálogo nacional.
Por Gabriela Selser (dpa)