Las situaciones de crisis dentro de una empresa no debe ser un drama si se cuenta con las herramientas necesarias para superarlas. Cuando el negocio empieza a ir mal, hay que tomar cartas en el asunto, incluso ser capaz de prever este tipo de acontecimientos antes de que ocurran para estar mejor preparados
Cualquier empresa, en algún momento de su recorrido, pasará por situaciones de crisis. En dependencia de cómo se gestionen, la organización conseguirá salir adelante, incluso fortalecida, o supondrá el cierre definitivo. Aprender de los errores es parte del camino que debe recorrer todo empresario, esto le enseñará a adquirir la capacidad para reaccionar antes a los imprevistos y problemas financieros que puedieran aparecer.
Pero, quizás, lo más importante sea actuar con humildad y dejarse asesorar por los verdaderos expertos cuando llega el momento. Y es que, si bien es cierto que un emprendedor puede saber mucho de su rubro de negocio, puede flaquear en aspectos tan importantes como las finanzas. Rodearse de auténticos profesionales para cubrir aquellos aspectos que se desconocen es la decisión más sabia, “delega y vencerás” cita un popular dicho empresarial.
Ayuda profesional; esencial en tiempos de crisis
Como se acaba de mencionar, lo más recomendable para cualquier cuestión del negocio que no se maneje con soltura es recurrir a los profesionales, delegar funciones y obligaciones. El experto internacional, Igor Ochoa, es el encargado de la gestión de crisis de la consultora Dipcom Corporate, una consultoría estratégica especializada en manejar las situaciones delicadas en las organizaciones empresariales. Contar con su asesoramiento es el primer paso para poder superar un contexto complicado dentro de una compañía, como puede ser un problema grave de insolvencia.
En el caso de entrar en concurso de acreedores, las gestiones que se realicen antes, durante y después de la crisis será vitales para poder seguir adelante. La consultoría estratégica Dipcom Corporate está formada por economistas y abogados que han trabajado durante años en la reestructuración y el reflotamiento de empresas en crisis, por lo que cuentan con la experiencia necesaria para este tipo de situaciones.
¿Qué es un concurso de acreedores?
Un concurso de acreedores es un instrumento, a disposición de las empresas, para resolver una situación económica de crisis de carácter extraordinario. Una organización puede hacer uso de él cuando no cuenta con la suficiente liquidez para cumplir con el pago de las deudas contraídas. Es, por tanto, un problema relacionado con la falta de solvencia de las empresas.
La Ley Concursal 22/2003 del 9 de julio del 2003 recoge que solo podrán acogerse a ella las empresas que “no pueden cumplir regularmente sus obligaciones exigibles”. El deudor, para declarar el concurso de acreedores, debe demostrar fuera de toda duda, que el estado de insolvencia de la empresa es “actual o inminente”. En estas circunstancias, se puede proceder a la quita del 50% de los créditos clasificados como ordinarios.
¿Cuándo se puede solicitar un concurso de acreedores?
El primer requisito es que la empresa no pueda cumplir regularmente con sus pagos, ya sean obligaciones de tipo crediticio, tributario, con la Seguridad Social, salariales, indemnizaciones…
Cuando una compañía se encuentra en esta situación de insolvencia actual e inminente, el ordenamiento jurídico ofrece el mecanismo del concurso de acreedores para que, de este modo, el reparto del pago de las deudas sea más equitativo. En este sentido, no solo se favorece a la empresa, que gracias a la quita tiene más posibilidades de seguir adelante, sino que se pretende saldar el mayor número de deudas posibles, asegurando que ningún acreedor reciba un trato de favor en perjuicio de otros.
¿Quiénes pueden solicitar la declaración del concurso de acreedores?
La declaración de concurso debe ser solicitada por el propio deudor, pero también puede darse el caso de ser requerida por cualquiera de sus acreedores y el mediador concursal cuando se inicie el procedimiento de pacto extrajudicial de pagos. Si el deudor es una persona jurídica, la declaración del concurso deberá ser solicitada por el órgano de administración o de liquidación.
Plazos para solicitarlo
El empresario insolvente tiene la obligación de solicitar la declaración de concurso de acreedores en el plazo de dos meses desde que es conocedor de la situación de insolvencia.
Antes de que finalice el plazo, puede poner en conocimiento del juzgado el inicio de las negociaciones para llegar a un acuerdo de refinanciación. Durante el periodo de pactos, la empresa tiene derecho a solicitar que el concurso no sea publicado en los registros para no perjudicar la imagen frente a la opinión pública, clientes, proveedores, posibles socios o inversores…