San Sebastián, 23 sep (dpa) – Era una de las películas más esperadas, y no defraudó: al igual que sucedió en Toronto, la crítica del Festival de San Sebastián alabó la meticulosa sobriedad de «Caníbal», dirigida por el español Manuel Martín Cuenca y con una aplaudida interpretación de Antonio de la Torre.
El protagonista de «Gordos» y «Grupo 7» se mete esta vez en la piel de un reputado sastre de Granada, un hombre de aspecto impecable dedicado en cuerpo y alma a su oficio. Pero la misma pulcritud y concentración que muestra cortando la tela se convierte en escalofriante cuando lo que hay sobre la mesa es el cuerpo desnudo e inerte de una de sus víctimas.
Y es que Carlos es un caníbal sin remordimientos ni culpa, un ser solitario que cuando desea a una mujer, la mata y se la come. De pronto, aparecerá en su vida Nina, la hermana de su última «aventura». Y ante la bondad e inocencia de ésta empezará a germinar en él un sentimiento nuevo que hará que por primera vez sea consciente del horror de sus actos.
Dice el director de «La flaqueza del bolchevique» que su nueva película es, esencialmente, una historia de amor. «Para mí, es como la historia de amor del demonio. Lucifer traicionó a Dios, aunque era su ángel favorito, y no se sabe por qué», explica. Por eso, él tampoco quiso dar claves sobre Carlos.
«Lo que nos interesaba era mostrar esa presencia del mal en estado puro», dijo en una de las ruedas de prensa más concurridas hasta el momento. «Pero explicar el porqué de ese mal sería complacer al espectador. Queríamos perturbar y que fuera el público el que pensara por qué podría existir un personaje así.»
Para De la Torre, a quien muchos ven ya como un firme candidato al palmarés, el de «Caníbal» ha sido «seguramente» uno de sus personajes más difíciles. «Yo soy una persona muy expresiva, siempre me he apoyado mucho en la palabra», todo lo contrario que su personaje. Y es que Carlos hipnotiza con esa mirada fría, sin alma, imperturbable.
La encargada de dar réplica a tanta contención es la actriz rumana Olimpia Melinte («Seven Acts of Mercy»), que interpreta tanto a la tierna Nina como a su coqueta hermana Alexandra. Para ello, aparte de aprender español a marchas forzadas, tuvo que engordar diez kilos, y cuenta que le ayudó mucho la experiencia de De la Torre en «Gordos».
Además, fue muy celebrada la sobria ambientación diseñada Martín Cuenca, con una Granada que se prepara para recibir la Semana Santa y los tétricos tambores de las confradías como única banda sonora. Ya desde el cartel, en el que De la Torre y Melinte emulan una «Piedad», queda claro que los elementos clásicos y los referentes pictóricos van a estar muy presentes en la estética del filme.
El miércoles, la Academia de Cine Español anunciará si finalmente «Caníbal» se impone al resto de candidatas a representar a España ante los Oscar pero, mientras tanto, en la sección oficial del festival se midió hoy con «Oktober, November», del austríaco Götz Spielmann.
El candidato a un Oscar por «Revanche» presenta esta vez un drama familiar al que le cuesta arrancar, pero que va creciendo a medida que avanza el metraje. En él narra la historia de dos hermanas de personalidad opuesta (Nora von Waldstatten y Ursula Strauss), que se reencuentran tras mucho tiempo en un pueblecito de los Alpes.
Mientras se prolonga la agonía de su padre, ambas hermanas fuman, hablan y se echan en cara trapos sucios, pero sobre todo se dan cuenta de que apenas se conocen. Hasta que de pronto, la historia da un vuelco cuando sale a la luz un secreto enterrado durante años.
Por Elena Box