(dpa) – El ajo negro es una buena alternativa para aquellos a quienes le guste mucho el ajo pero le disguste el sabor que deja en la boca.
«Esta variante contiene menos alicina que el ajo blanco y no tiene el olor y el sabor característicos», explica Susanne Moritz, experta en nutrición de la Oficina del Consumidor de Baviera, en Alemania.
El ajo negro no es una variedad distinta o nueva, sino el resultado de un proceso especial de fermentación.
El bulbo de ajo fresco común se almacena durante varios meses bajo ciertas condiciones de calor y humedad, tras lo cual adopta un color negro intenso.
Los dientes de ajo se ablandan, adquieren una consistencia gelatinosa y un sabor más suave y dulzón, un poco como el regaliz.
El ajo negro va bien con salsas, ensaladas o carne, ya sea crudo o como condimento.