Bogotá, 28 may (dpa) – Sin tiempo de tomarse un descanso tras las elecciones presidenciales del domingo en Colombia, el derechista Iván Duque y el izquierdista Gustavo Petro empezaron a mover hoy las fichas del ajedrez político de cara a la segunda vuelta electoral del 17 de junio.
Contactos, promesas, revisión de los programas de gobierno, alianzas y muchas tazas de café para sobrellevar la ansiedad estarán sobre la mesa de aquí hasta la elección definitiva para escoger al sucesor de Juan Manuel Santos, quien observa desde la distancia con un bajo nivel de favorabilidad.
El resultado de la primera vuelta electoral es desde ya histórico, pues por primera vez un candidato de izquierda tiene posibilidades de ser elegido presidente en un país marcadamente conservador.
Sin embargo, ese mismo talante conservador de los colombianos pone cuesta arriba las aspiraciones de Petro, quien se enfrentará al abanderado del ex presidente Álvaro Uribe (2002-2010), un líder de derecha radical que desde hace tiempo es el político más popular del país.
Tras el escrutinio de los 19,6 millones de votos válidos, Duque obtuvo el 39,14 por ciento de los sufragios y Petro el 25,08 en una jornada en la que la abstención disminuyó al 46,6 por ciento, cuando desde los años 70 había sido superior al 50 por ciento en las elecciones presidenciales.
La gran incógnita es qué pasará con los votos de los demás candidatos: el centrista Sergio Fajardo obtuvo el 23,73 por ciento, mientras que el derechista Germán Vargas Lleras se quedó con el 7,28 y el también centrista Humberto de la Calle con el 2,06.
«Vamos a escuchar a mucha gente para definir qué podemos hacer», dijo Fajardo al ser interrogado sobre el rumbo que tomarán sus casi 4,6 millones de votantes, a quienes Duque y Petro empiezan a hacer coqueteos.
Empero, diversos analistas coinciden en señalar que los votos no son endosables, menos en una candidatura como la de Fajardo, que nació de una alianza variopinta integrada por su partido centrista Compromiso Ciudadano, el izquierdista Polo Democrático Alternativo (PDA) y el partido Alianza Verde.
Petro militó hace algunos años en el PDA antes de fundar su partido Progresistas, por lo que se podría pensar que ese sector de la alianza que respaldó a Fajardo se inclinaría por el candidato izquierdista.
Pero no todos los dirigentes del PDA sienten simpatía por Petro, pues siguen abiertas las heridas de su retiro del partido.
La figura más relevante del PDA en la alianza que respaldó a Fajardo, el senador Jorge Robledo, tiene profundas discrepancias con Petro. «Tenemos unas distancias bien grandes», dijo hace poco Robledo en una entrevista al referirse a su ex copartidario.
Vargas Lleras, que fue apoyado por una parte de actual coalición gobernante de centro-derecha, dijo que se dedicará en los próximos días a hacer una «reflexión» de cara a la segunda vuelta.
Debido a sus grandes diferencias con Petro y a sus posturas de derecha, a Vargas Lleras se le ve más próximo a Duque. Además, un sector del Partido Conservador lo respaldó en su candidatura y se espera que esos votos conservadores se dirijan a Duque.
El menos votado de los candidatos, De la Calle, dijo que dejará en libertad a sus seguidores, pero las diferencias que tuvo en la campaña frente a Duque y Petro dificultan un pronóstico sobre la campaña a la que irán sus votos.
Por su férrea defensa del acuerdo de paz firmado en 2016 por el Gobierno y la ex guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), se podría pensar que quienes votaron por De la Calle están más identificados con Petro, que asegura que respetará ese pacto a diferencia de Duque, quien dice que lo modificará.
De la Calle fue el jefe del equipo negociador del Gobierno en ese proceso de paz y ha advertido que el acuerdo que permitió la desmovilización de las FARC está en serio peligro si Duque es presidente desde el 7 de agosto.
Las primeras movidas de las fichas del ajedrez político empezaron pronto con halagos de Duque y Petro hacia sus rivales en la primera vuelta.
Duque, por ejemplo, dijo sentirse «identificado» con la postura de Fajardo contra la corrupción, elogió a Vargas Lleras y le pidió «pensar en unir al país», mientras a De la Calle lo felicitó por su «aporte a la campaña».
Petro no se quedó atrás. Invitó a Fajardo y a De la Calle a construir un «acuerdo sobre lo fundamental», y hasta tuvo palabras de elogio hacia Vargas Lleras y a la derecha radical que encarna Uribe. «Un señor como Vargas Lleras y el «uribismo» merecen la pena seguir con los liderazgos políticos», dijo.
Por Rodrigo Ruiz Tovar (dpa)