¿Y por qué renunciar a alguna de la dos cosas? Lo queremos todo, eso es cierto, y el principal motivo que nos impulsa a hacer una dieta, sobre todo cuando somos jóvenes y no padecemos ningún tipo de enfermedad, es estético. Queremos lucir guapos y atractivos, ponernos la ropa que realmente nos gusta y que nos siente bien y eso, si vives aquí y ahora, significa estar delgado, tener unos músculos bien formados, un cuerpo libre de carnes flácidas y un vientre plano.
Para conseguirlo, nada mejor que buscar el equilibrio perfecto entre una alimentación sana y la práctica de algún tipo de ejercicio físico. Si deseas perder algunos kilos de más, adelante, no sólo por estética, sino también por salud y de paso mejorarás tu autoestima y la confianza en ti mismo. La única premisa es elegir de entre las dietas, solo aquellas que son saludables y no someter a nuestro organismo a ninguna carencia de nutrientes.
La dieta alcalina
Muchos os preguntaréis qué es la dieta alcalina, pues bien, se trata de una dieta basada en alimentos altamente depurativos y con un gran valor nutricional, que se caracterizan por su alto contenido en sales alcalinas, como son los alimentos verdes con un elevado índice de clorofila, legumbres, cereales integrales y aceites omega de calidad, como los que se encuentran en las semillas y frutos secos.
Está dieta se basa en la ingesta de un 80% de alimentos alcalinizantes frente a un 20% de alimentos no alcalinizantes, pero saludables igualmente por su propiedades nutricionales. Debemos considerar que esta clasificación se hace en base al efecto que tiene dicho alimento sobre nuestro organismo, de si hace subir o bajar el ph de nuestro cuerpo y no del alimento en sí. Por ejemplo, aunque muchas frutas son alcalinas, su alto contenido en azúcar hace que se acidifiquen cuando las consumimos.
La dieta mediterránea
Como todos sabemos, la dieta mediterránea es una de las más famosas por sus cualidades favorables y porque se engloba dentro de un estilo de vida que propicia que tenga esos efectos tan beneficios para la salud, tanto es así que, en 2010, fue declarada Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco.
Según expone la Unesco, «la dieta mediterránea es un conjunto de competencias, conocimientos, prácticas y tradiciones relacionadas con la alimentación humana, que van desde la tierra a la mesa, abarcando los cultivos, las cosechas y la pesca, así como la conservación, transformación y preparación de los alimentos y, en particular, el consumo de éstos» y en España tenemos la fortuna de ser la base de nuestra alimentación tradicional.
Los principales ingredientes que componen esta dieta son el aceite de oliva, los cereales, las frutas y verduras y, en proporción moderada, carne, pescado y productos lácteos. También abundan en esta dieta el uso de condimentos y especias y como bebida se suelen acompañar los platos con vinos y terminarlos con infusiones.
Además, la dieta mediterránea no es solo una forma de alimentación, es un modo de vida y nexo cultural que propicia la interacción social. La dieta mediterránea tiene efectos positivos a todos los niveles, protegiéndonos las áreas del cerebro relacionadas con la memoria y el pensamiento y reduciendo exponencialmente el riesgo de padecer infarto cerebral. Nos protege de la mayoría de las enfermedades crónicas, incluyendo el cáncer, el Alzheimer, las cardiopatías y el Parkinson.
Dietas puntales para perder peso
Aunque ya hemos mencionado todos los beneficios de llevar una dieta equilibrada como la mediterránea, lo cierto es que la realidad manda y, a veces, las prisas, los horarios imposibles o comer fuera de casa por los turnos laborales nos hace prácticamente imposible llevar una dieta todo lo sana que quisiéramos.
Si vemos que nuestro ritmo de vida nos está haciendo aumentar de peso considerablemente y queremos hacer algo para contrarrestarlo antes de que siga creciendo y perjudicando a nuestra salud, existen dietas sencillas para perder peso que nos pueden venir bien en momentos puntuales. Son dietas que deben aportarnos todos los nutrientes que necesitamos, o sea variadas, pero que se elaboren de forma rápida y sencilla y se puedan llevar al trabajo en caso de necesitarlo.
En estos momentos tienes que optar por dietas fáciles y simples que puedas trasladar en tu tupper sin que sea engorroso, porque comer fuera de casa no es bueno ni para la economía ni para la salud. En internet hay mil y una ideas que puedes aplicar en tu día a día. Recuerda que no estás solo, hay mucha gente en tu misma situación, que lucha con la misma constancia que tú, por llevar una vida saludable y bajar de peso en circunstancias adversas y que, afortunadamente, comparten sus experiencias en la red y podemos verlas.
Todas estas aportaciones de gente en tu misma situación te ayudarán a mantenerte fuerte y a no caer en tentaciones rápidas y nada saludables, además de ser una inagotable fuente de ideas y recetas variadas para no caer en la monotonía y el aburrimiento.
Si además consigues sacar el tiempo necesario para practicar algún tipo de ejercicio físico, tendrás más de la mitad de la batalla ganada, pues es precisamente el tipo de vida sedentaria que caracteriza a esta sociedad lo que más daño nos está causando en nuestro organismo que ingiere más calorías de las que consume.
Caminar a paso ligero durante 45 minutos al día ya es suficiente para acelerar el metabolismo y es algo sencillo de hacer que no necesita ni de tiempo para acudir a un gimnasio, ni de instalaciones o materiales costosos y que además te da total libertad de horarios para que lo hagas cuando mejor te convenga.
Pierde peso, pero saludablemente, sin perder la cabeza, y a disfrutar de la vida de forma saludable. Sí se puede.