ZAKOPANE, Polonia (dpa) – Kinga Czerniak conduce por una calle solitaria, atravesando el bosque, y deja vagar la mirada al llegar a la cima. «Cuando a veces pienso, por qué no te quedaste en Cracovia, vuelvo a subir en coche a esta elevación. Esta vista panorámica de las montañas me recuerda otra vez por qué estoy aquí». En primer plano, la nieve cubre con gruesas copas los abetos, y en el horizonte se perfilan los dientes salvajes de las Tatras Altas. Los polacos llaman a las Tatras «la mayor de las pequeñas montañas». En Polonia, en casi cualquier zona de esquí brota a la superficie agua caliente desde el interior de la tierra: sólo hay que perforar lo suficientemente.
En el mostrador de la recepción del hotel resalta una enorme xilografía. Podría interpretarse como una reminiscencia de la tradición alpina. Sin embargo, las tallas en madera fueron hechas por gorales, tal como se llaman los habitantes de esta región montañosa. Los huéspedes del hotel reciben como llave de la habitación una especie de reloj de pulsera con la que pueden comprar el pase para el telesquí, reservar a un profesor de esquí, pagar la cuenta del restaurante y abrir la puerta de la habitación.
Esquiar en Polonia: los turistas son en su mayoría polacos, rusos, bielorrusos, ucranianos y eslovacos. Quien prefiera planear una excursión de esquí deportiva debería buscar otros destinos. Las pistas aquí no son realmente muy largas.
La zona de esquí de Kotelnica y Bania abarca 17 kilómetros de pistas. Hay seis telesillas, así como siete telesquíes y telearrastres, cañones de nieve e iluminación con proyectores. En el restaurante en la cima, la gente está sentada en pequeñas mesas de bistró al aire libre. Muchos hombres llevan un bigote al estilo de Lech Walesa. Los vasos están llenos de una bebida de color dorado, grzane piwo en polaco, cerveza caliente con zumo de frambuesa. El nalewka es un tipo de vino caliente mezclado con licor y zumo de frambuesa. Este zumo parece ser imprescindible, ya que también se encuentra en el wściekly pies (perro rabioso), combinado con vodka y tabasco.
El desarrollo de la industria del esquí en la zona fue una iniciativa de Józef Dziubasik, de Bialka. De joven, quería estudiar, pero los padres le disuadieron y exigían que se hiciera cargo de la granja. A principios de la década de los 80 se trasladó a Hamburgo para ganar dinero. Regresó un par de años después y construyó un telesquí, prácticamente solo, con algunas dificultades al principio. Durante varios años luchaba para que le permitieran convertir en invierno cada pradera en una pista de esquí. Hoy, sus hijos Pawel y Pjotrek regentan el hotel, la empresa de telesquíes y la firma de vehículos de oruga para la nieve. En 2009 comenzó la construcción de las termas. Tuvieron que perforar hasta una profundidad de dos kilómetros y medio para encontrar agua termal de 75 grados de calor.
Para la cena se sirven platos sustanciosos, como el kwasnica, una abundante sopa de col fermentada con grandes trozos de carne grasosa, o pirogi ruski, ravioli con queso, patatas y cebolla.
Al día siguiente, el Halny, un viento cálido y seco, ha limpiado el cielo. El trayecto hacia la estación de esquí de Rusin, en Bukowina Tatrzanska, termina en un restaurante. Hay gente con sus equipos de esquí, pero no hay pendiente. La zona de esquí está situada abajo. El traslado en telesquí es de arriba hacia abajo. La pendiente tiene una extensión de 800 metros si se toman muchas curvas. La estación de esquí familiar de Rusin tiene un desnivel de 200 metros. Hasta la pendiente más pequeña está iluminada con proyectores. «Al polaco le gusta esquiar por la noche», dice el director de marketing Tomasz Derwich. Muchos turistas viajan a esta zona de esquí por las termas.
En Zakopane, otro centro de deporte de invierno, también se realizaron perforaciones para buscar agua caliente. Zakopane tiene un total 25 kilómetros de pistas y se autodenomina «capital de invierno de Polonia». Cuenta con una plataforma para saltos de esquí y la cima de esquí más alta de Polonia, la Kasprowy Wierch, de 1.897 metros de altura.
Sin embargo, esta localidad situada en lo alto de la montaña se dio a conocer sobre todo por el «estilo Zakopane». No se trata de alguna técnica de esquí, sino de una peculiaridad arquitectónica: las numerosas casas de madera tallada con arabescos, muchas buhardillas y tejados inclinados.
Desde 1899, un ferrocarril comunica Cracovia con los Montes Tatras y los habitantes adinerados de las grandes ciudades construyeron allí sus mansiones montañosas en cualquier estilo polaco moderno. Quien viaja hoy de Cracovia a los Montes Tatras debería, antes de regresar, hacer una parada en una choza negra situada junto al aparcamiento de la estación de esquí de Rusian. En esa choza, un anciano llamado Franciczek Gau cura al humo queso. Este queso, llamado oscypek, también se vende en puestos de souvenirs. En casa, el queso se corta en lonchas y se come con mermelada de arándanos rojos. Al morder el queso, este chirría un poco. El sabor ahumado acaricia la lengua y recuerda a la choza negra de Franciczek Gau, junto a la estación de esquí, a la que se llega desde arriba, y a las curiosas bebidas en las pistas de esquí polacas.
INFORMACIÓN BÁSICA: Los Montes Tatras
Los Montes Tatras abarcan Polonia, la República Checa y Eslovaquia. Ya en 1949, la entonces Checoslovaquia declaró la región parque nacional. En su territorio, Polonia hizo lo mismo en 1954.
Cómo llegar: En avión a Cracovia y luego en tren urbano a la estación central de tren. Desde allí se puede viajar en autobús a Zakopane o a las otras estaciones de esquí. El viaje dura unas dos horas.
Cuándo viajar: La temporada de invierno en las zonas de esquí polacas comienza a principios de diciembre, aproximadamente, y termina a principios de abril.
Esquiar: la estación de esquí de Bania tiene 17 kilómetros de pistas en los vecinos centros de esquí de Kotelnica, Kaniówka y Bania. Hay seis telesillas modernos, así como siete telesquíes y telearrastres. Pueden ser utilizados con el pase de esquí conjunto Tatry. Un pase de esquí para Bialka cuesta para adultos 23 euros al día y entre 92 y 108 euros a la semana. El centro de esquí de Rusin cuenta con dos telesquíes. El pase de esquí para media jornada cuesta 50 zlotys (12 euros). Kasprowy Wierch es la mayor estación de esquí en Zakopane. Cuenta con un funicular, dos telesillas y algunas pistas negras y rojas.
Por Barbara Schaefer