THURLES, Irlanda (dpa) – El fuego crepita en la chimenea abierta. El perro doméstico Jack Russel salta al regazo de Mark Molloy. Desde fuera, su casa señorial de 1865 parece poco llamativa, pero la sala en el interior está amueblado aristocráticamente. En Thurles, en el condado irlandés de Tipperary, ya vive la quinta generación de la familia Molloy. Y desde siempre los caballos han formado parte de su propiedad.
«En verano vienen niños y adolescentes a nuestra escuela de equitación y montan a caballo diariamente», dice el dueño de la casa y propietario del Crossogue Equestrian Centre, el centro local de equitación. «Hacemos a los visitantes partícipes de nuestra vida con caballos en el campo», dice Molloy.
Los jinetes experimentados aprecian los paseos a caballo en el terreno con posibilidades de salto: a bastante distancia, en el campo, se levantaron obstáculos. Los caballos de la raza irlandesa Hunter son especialmente apropiados para esos paseos exigentes. Esta raza es la preferida para los saltos y la caza.
En los pastos también hay ponis y yeguas de criadero de pura sangre, porque Molley también cría purasangres para el hipódromo, una pasión típica de la gente que tiene caballos en esta región. En Irlanda, la cría de caballos es un negocio libre de impuestos.
El itinerario por el sur de la isla pasa por praderas fértiles valladas, que en Irlanda están protegidas oficialmente, por pequeños pueblos y delante de ruinas, castillos y monasterios medievales. Por todas partes hay caballos en las praderas. La piedra caliza de la tierra asegura un pasto exuberante.
Cerca de Adare, una pequeña ciudad del condado de Limerick, Sue Foley viene dirigiendo desde hace 20 años el Clonshire Equestrian Centre. Con 70 caballos y seis profesores, este centro de equitación es uno de los más grandes de Irlanda. «Nuestros visitantes extranjeros vienen sobe todo para los saltos y los paseos», dice la experta en hipismo. Aquí pueden aprender a saltar. Si los jinetes son buenos, lo aprenden rápidamente«.
Foley coloca en la amplia pista para saltos las barras que conforman los obstáculos. El truco del salto ecuestre consiste en un levantamiento lento. Las barras se van colocando en niveles cada vez más altos. Todos los ejercicios se tienen que hacer primero al trote y más tarde a galope. De repente aparece una alumna de la escuela de equitación que, sin conocimientos previos, salta sin problema tres obstáculos colocados uno tras otro.
Una vez que el jinete ha aprendido a saltar en la pista, se traslada con un caballo deportivo irlandés al campo para saltar obstáculos naturales. »El caballo irlandés tiene templanza y un buen carácter. Ayuda a los jinetes más débiles y también les perdona errores«, explica Foley. »Es lo que tiene de especial montar a caballo en Irlanda«.
Los jinetes se pueden hacer una imagen de cómo era la vida señorial en siglos pasados cuando dan un paseo por los bosques y campos de la vasta propiedad de Mount Juliet, en el condado de Kilkenny. El conde de Carrick mandó construir este castillo en el siglo XVIII. Hoy tiene fama como uno de los mejores hoteles del país, con parque, campo de golf y caballeriza.
Después del paseo se sirve el tradicional afternoon tea, con sándwiches de pepino y scones, los típicos panecillos de la cocina británica e irlandesa. Por la ventana del elegante salón se puede ver un pasto con varios potros dormitando sobre la hierba. Ellos pertenecen al cercano Ballylinch Stud, un criadero privado de caballos donde se ya se vienen criando purasangres irlandeses desde hace 100 años.
Los jinetes que no se sienten totalmente seguros en la silla de montar tienen la oportunidad de dar un paseo en el Brennanstown Equestrian Centre en Wicklow Mountains, en la costa suroriental. »Nuestro paseo hacia el monte Little Sugar Loaf también lo pueden hacer principiantes«, asegura la profesora de equitación Louise Bloomer mientras que ayuda a algunos turistas a montar. »Desde la silla de montar se tiene una fantástica vista del paisaje con sus colinas«.
La joven mujer dirige no lejos de Dublín la escuela de equitación Brennanstown con en total 65 caballos, junto con su enérgica madre, que tampoco después de tres operaciones de cadera quiere abandonar la equitación. En Irlanda, los amantes de los caballos simplemente no pueden dejar de montar.
Información básica: turismo ecuestre
Destino: los citados centros de equitación se encuentran en el sureste de Irlanda, en los condados de Limerick, Kilkenny, Tipperary, Kildare y Wicklow.
Cómo llegar: después de llegar a Dublín es recomendable viajar en coche de alquiler para acceder sin problemas a las localidades en el campo.
Cuándo viajar: la mejor época para montar a caballo son los meses de abril a octubre. Algunos centros de equitación, como el Clonshire Equestrian Centre, abren todo el año.
Informaciones: oficina de turismo de Irlanda en España, Paseo de la Castellana 46, 3º, 28046 , Madrid, tel. 917456420/915775458; email: www.turismodeirlanda.com. Internet:
– [Clonshire Equestrian Centre](http://dpaq.de/JflAH) – [Mount Juliet](http://dpaq.de/RUuoa) – [Brennanstown Equestrian Centre](http://dpaq.de/GddhV) – [Crossogue Equestrian Centre](http://dpaq.de/JgG1R)
Por Daniela David