Existen tantos tipos de viajes como personas, cada cual tiene su propia forma personal de disfrutar de unas vacaciones fuera de su hogar, lejos de las rutinas habituales, eligiendo lo que mejor le viene para descansar y desconectar de los problemas que durante el resto del año se mantienen presentes.
Existen los que gustan del tradicional descanso de sol y playa, tumbados en la manta escuchando el apacible rumor de las olas. En contraposición a estos, los hay que se toman los destinos como si de gymkanas se tratara, intentando ver y descubrir cuantas más cosas mejor, visitando todos los museos y lugares de interés mientras les quede aliento. Otros prefieren el encuentro con la naturaleza más salvaje, cuanto más alejados de las señales humanas mejor, perderse por bosques y selvas para poder hablarle al silencio y observar el comportamiento animal en intimidad… y otros, más cercanos a estos últimos, son los que necesitan de la adrenalina, de las escapadas en busca de la aventura y de la superación de uno mismo.
Es a estos amantes de lo desconocido, de los viajes a lugares cuantos más exóticos mejor, a los que vamos a dedicar este breve artículo. Va especialmente dirigido al turista de aventura, que cada vez que tiene oportunidad se acerca a una agencia de viajes de aventura y pregunta por algún destino exótico, desconocido, que le brinde la oportunidad de demostrarse a sí mismo que puede vivir una aventura y volver a casa después de haber practicado todos los deportes de acción y aventura que haya encontrado, lleno de buenos recuerdos y sensaciones únicas, como un nuevo Indiana Jones que vuelve a dar clases o a la oficina, ocultando su verdadera naturaleza salvaje e indómita.
Cómo se identifica al turista de aventura
Tal vez tú mismo, querido lector, te identifiques con este tipo de turista, solo debes preguntarte si te aburres con el paso de las horas bajo la sombrilla, si te quedas embobado con los hombres y mujeres que practican kite surf delante de ti, si, definitivamente, quieres dejar de visitar el pueblo de tus abuelos para seguir ese sendero que se interna en el bosque y sube hasta la montaña. Si eres de los que prefieren bañarse en las heladas aguas de un río y seguir su corriente cayendo por cañones y desfiladeros a flotar plácidamente en las templadas aguas de una piscina clorada, tienes muchos puntos para pertenecer a esta categoría de turista.
Y es que su espíritu aventurero se alimenta de la exploración de países que prometen esa sensación de explorador de principios del siglo pasado, lugares como Panamá, Costa Rica, Indonesia, Egipto o Perú, de actividades que no puede realizar en los lugares donde vive, como puede ser el remo en Kayak, el senderismo, el barranquismo o el buceo. Por eso elige agencias que le permiten rutas paisajísticas por los Montes Apalaches o viajes buceo mar rojo, destinos que lo lleven a vivir experiencias únicas, apasionantes y un viaje de aventura alternativo.
En este sentido, para el turista que busca sensaciones y recuerdos imborrables, el buceo es una de las mejores opciones de aventura que podemos disfrutar si riesgos. Y es que si te divierte, te apasiona o simplemente quieres probar el buceo, nada mejor que elegir un destino como las profundidades del Mar Rojo, pues te recibirá con una paleta de color y vida marina sin comparación posible.
El turista se caracteriza por pasarse las horas muertas eligiendo destino, pues ninguno le parecerá lo suficientemente misterioso o todos tendrán un motivo con suficiente peso como para ir. Es un amante de la naturaleza, y allá donde vaya sabrá admirarla y respetarla, e incluso tomar partido para defenderla activamente ante cualquier abuso, y tendrá un equipo siempre preparado para aprovechar cualquier ocasión que se presente para hacer un viaje o una escapada a disfrutar de sus deportes de aventura favoritos o descubrir algún rincón perdido entre la maleza.
Cuatro tipos de turismo de aventura, ¿cuál es el tuyo?
Efectivamente, si este es el turismo que más te atrae, debes saber que si profundizamos un poco más encontraremos cuatro subtipos, divididos a su vez en dos tipos básicos, aquellos que buscan sensaciones fuertes y aquellos otros que prefieren mantenerlo todo bajo control, donde la aventura no significa locura.
Dentro del turismo suave encontramos el Ecoturismo, que no es otro que aquel que se refiere a aquellas exploraciones de zonas naturales poco desarrolladas, donde practicar sus deportes favoritos sin causar impacto sobre el entorno, solo disfrutándolo. El Etnoturismo, también dentro del turismo de aventura suave, propone establecer contacto con personas de culturas diferentes y socialmente alejadas de la propia. Normalmente se sitúan en zonas poco desarrolladas, y con cierto nivel de riesgos de contagio de enfermedades por ingesta de comida o agua, picaduras de insectos…
Por otro lado, existe el turismo accesible que se enmarca dentro del turismo de aventura entre los tipos suave y fuerte, pues está destinado a aquellas personas con limitaciones de movimiento, para que prueben actividades extremas como el rafting, el kite surf, o los saltos bungee, entre otras actividades.
Y, por último, puede que lo que realmente te llame la atención sea el turismo de emoción puro y duro, practicando el rafting, el salto en bungee, el montañismo, el parapente, el salto base, la escalada, la espeleología… cualquier actividad que en contacto con la naturaleza suponga una descarga de adrenalina que nos haga vivir esa sensación que solo el peligro nos hace sentir.