Desde hace algunos años los profesionales de la salud han ido apostando por el electrocardiograma. Aunque todavía de manera novedosa, estos aparatos son fundamentales para realizar un seguimiento de las señales del corazón en los pacientes. Sin embargo, su conocimiento es algo dificultoso y precisa de especialistas que controlen el funcionamiento y manejo de los dispositivos.
Las universidades españolas, tanto públicas como privadas, ofrecen cursos de formación relacionados con la Electrocardiografía (ECG). Entre ellos, los enfermeros deben ser capaces de controlar los aparatos sin dificultad, así como detectar los principales problemas que se puedan conocer mediante los dispositivos.
Qué es un electrocardiograma y por qué es imprescindible saber usarlo
El electrocardiograma es una técnica extendida y conocida entre los principales especialistas del corazón del mundo. Su fama se debe a múltiples razones, pero quizás la más efectiva sea su carácter no invasivo, lo cual permite al especialista llevar a cabo un proceso indoloro para el paciente.
Así, esta técnica sirve para diagnosticar problemas cardíacos y llevar un rígido control del corazón en el caso de pacientes con patologías previas. Asimismo, y dado que permite visualizar más de la mitad de la superficie del corazón, puede utilizarse para prevenir problemas futuros, como infartos o arritmias severas.
En la actualidad se pueden encontrar ECG en diversos lugares: ambulancias, hospitales, consultas o clínicas privadas. Por ello, su uso está muy extendido.
Qué enfermedades se pueden diagnosticar con un electrocardiograma
Los electrocardiogramas sirven para diagnosticar numerosas patologías relacionadas con el corazón: enfermedades coronarias, ataques previos al corazón o secuelas que hayan podido causar, tratamientos que se están llevando a cabo, desequilibrios de vitaminas o minerales en el cuerpo o deterioro de algunos tejidos coronarios, entre otras.
Sin embargo, también son especialmente útiles para detectar patologías que no están relacionadas directamente con dificultades cardíacas, las cuales pueden responder a otro origen. Por ejemplo, las taquiarritmias, bloqueos cardíacos o asistolias cuyo origen no se encuentra en este órgano.
Razones para utilizar el ECG
Dado que el uso de este dispositivo se concreta en las enfermedades coronarias, es corriente pensar que su manejo deba reservarse a especialistas cardiólogos. Sin embargo, es un aparato sumamente útil para cualquier intervención y, de hecho, cualquier profesional de la salud debiera saber utilizarlo.
Los pacientes que presentan dolor en el pecho, malestar generalizado o falta de aire tienen que ser sometidos a esta técnica. Asimismo, y aunque las asociaciones de médicos recomiendan no utilizar el ECG para pacientes leves, es importante preguntar a los pacientes que presentan problemas de mareos o palpitaciones los antecedentes familiares. En estos casos, los cardiólogos recomiendan realizar pruebas con electrocardiogramas a todos los pacientes con patologías cardíacas familiares.
Formación en ECG
Como consecuencia de la gran importancia de esta técnica en la salud pública, las autoridades sanitarias recomiendan la realización de cursos relacionados con su uso. En este sentido, el ECG es un dispositivo complicado en el que las señales deben saber interpretarse correctamente y, sobre todo, de forma segura por parte de un profesional.
Por ello, estos aparatos precisan de una formación concreta que se imparte en el ámbito universitario. Son los especialistas de la salud quienes deben explicar a los trabajadores sanitarios la interpretación de los resultados, ya que, en el caso de la Sanidad, las vidas están en juego.